jueves, febrero 02, 2006

“Existe avidez por el arte”

Entrevista a Norberto Cambiasso, argentino especialista en vanguardias que dio taller en Lima sobre movimiento Fluxus

Para el argentino Norberto Cambiasso, a pesar del boom de los medios digitales y las ventajas que dan, la prensa escrita todavía cumple un papel importante en la difusión de la cultura. Considera, además, que el público de América Latina comienza a redescubrir las vanguardias después de la década perdida de 1970.

¿Cómo surge la recuperación de un movimiento como Fluxus?
-Ha sido un redescubrimiento que se inició a finales de la década de 1980. Es curioso, porque fue un movimiento que se insertó a fines de la década de 1950 y principios de la de 1960. Tuvo mucha fuerza en su momento, pero no llevaba mucha gente ni era tan conocido. Después fue quedando en el olvido. Finalmente le llegó la hora a Fluxus, como a casi todas las vanguardias del siglo XX. No importa qué tan radical pueda parecer un movimiento, siempre es recuperado más tarde o más temprano.

¿Por qué América Latina se demora en descubrir las vanguardias?
-Casi todos los países latinoamericanos hemos sufrido dictaduras, las que no se llevan con las vanguardias. La demora en recibir a ciertas estéticas de la posguerra se sustenta en esa explicación histórico-política. No existía la mínima posibilidad de que se difundan, al menos institucionalmente. La década de 1970 resultó una pérdida, al menos en mi experiencia argentina, para cualquier intento de descubrimiento de las vanguardias.

¿Cómo hablar de cultura y arte en una época en que la gente presta más atención a la televisión que a los libros?
-He notado que existe cierta avidez. Hay gente que está interesada en el arte del siglo XX. El gran problema son los mecanismos de información y acceso. Cuando mejor funcionan, mayor público. No sé cómo será acá, pero en Buenos Aires la asistencia a los museos es bien populosa. Mucha gente hoy en día acude a los museos, al cine y a las exposiciones. Se ha generado un boom del arte contemporáneo.

¿Entonces, es un prejuicio decir que el arte no resulta atractivo al público?
-Hay un enorme interés que permite redescubrir a los movimientos de vanguardia. Se ha generado una disponibilidad muy amplia de lo que tiene que ver con la cultura. Cada vez más gente se acerca a eso. La desventaja es lo difícil de guiarse en el medio por la gran cantidad de información que circula. Todavía hay lugar para cierta clase de especialización que diga que la cosa va por acá o por allá; y después el público queda libre para sacar sus propias conclusiones.

Internet no soluciona todo
¿Acaso este interés no es mérito de Internet, que se encuentra en todas partes?

-Sí, definitivamente. Pero aún creo en la prensa gráfica. Internet no resuelve todas las cuestiones ni todos los problemas. Se necesita cierto equilibrio que lo dan los suplementos culturales en los periódicos, las revistas especializadas, entre otros.

¿Todavía se necesita estar impreso para entrar en el canon?
-Soy una persona criada en una cultura letrada pretecnológica. No reniego de las posibilidades de Internet, pero me formé con bibliotecas y universidades. Éstas no desaparecerán en mucho tiempo y seguirán existiendo universidades. Además, es muy incómodo leer un libro por computadora. Los objetos no desaparecerán aunque uno prefiera grabar en la PC un montón de información.

¿Estamos hoy a la zaga en exposiciones de nuevas corrientes artísticas?
-Siempre habrá una diferencia entre las sociedades de la abundancia del norte y las nuestras. Ojalá en el futuro esto pueda cambiar. La globalización ha ayudado bastante. La existencia de algo como Internet hace que, a pesar del costo de un buen libro de Fluxus, es muy fácil encontrar catálogos del tema. Estas nuevas tecnologías sí han servido para que la información circule de manera más democrática.

Pero Internet también acarrea el peligro de que se difunda información falsa con facilidad...
-Es verdad que uno tiene la libertad de buscar lo que le interesa. Puedo entrar en Internet para ver material de vanguardias y no páginas pornográficas. También se encuentra información falsa. Pero existen experiencias notables como la Wikipedia, una enciclopedia en que muchos escriben gratuitamente. No digo que tenga el nivel de perfección de la Enciclopedia Británica, pero no creo que tenga nada que envidiarle.

¿Crees que el futuro del periodismo cultural se halle en Internet?
-Es una rutina de retroalimentación. El blog permite hacer cosas que en un contexto más institucionalizado y formalizado es más difícil. En un periódico, tengo que consultar con mi editor a la hora de escribir. No trato los temas que a mí se me antojan como lo hago en mi blog. Por otro lado, las bitácoras de Internet que se leen terminan ayudando a abrir un poco el panorama para que después se publiquen nuevos temas.

Ernesto Carlín

Publicado en el suplemento identidades del 30 de enero de 2006.

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