Lima de noche. Tercera novela de Peter Elmore describe en clave a una urbe corrompida y violenta
* Libro narra historia de amor en una Lima de pesadilla
* El fondo de las aguas explora tradición de novela negra
Hace dos décadas, Peter Elmore emigró a Estados Unidos para seguir un doctorado en Literatura. A pesar del tiempo transcurrido, Lima, su ciudad natal, siguió siendo la inspiración de sus libros. Sin embargo, en su última entrega, El fondo de las aguas (Peisa), quiso hacer algo diferente.
"Escribí una novela que se saliera de la descripción topográfica de la ciudad. La tradición literaria peruana tiene una representación fuertemente realista de la capital. En este caso, busqué hacer algo diferente", comenta.
El resultado es una caótica urbe en la que se pueden intuir las calles de noche de San Miguel o del puerto del Callao, pero envueltas en una atmósfera onírica y de constante paranoia.
Insomnio reparador. En El fondo de las aguas se narra las peripecias que atraviesa Sergio Urbay, un profesor de matemáticas, después de ayudar una noche a un borracho. Esta anécdota lo lleva a conocer a la hija del sujeto, con quien recorre una ciudad violenta y corrupta en búsqueda de su progenitor.
El protagonista sufre de un persistente insomnio, por lo que ve afectada su percepción. "Esa característica me ayudó a crear un ambiente onírico y fantasmagórico, en el que podía moverme con más libertad", comenta Elmore.
Otra peculiaridad es que la trama, la cual transcurre en unos pocos días, no puede ser etiquetada como propia de un tiempo específico de nuestra historia. Elmore comenta que cuando se habla de novelas peruanas se tiende a asociarlas con un período histórico determinado. Así, evita la temporalidad adrede sembrando numerosas pistas falsas.
Por ejemplo, la escasez de productos y el tenso clima en que viven los personajes son ecos que nos remiten a la década de 1980. Sin embargo, otros detalles, como la privatización de servicios o la aparición de histerias colectivas, aluden más bien de la década siguiente.
Homenajes entre líneas. Peter Elmore reconoce, además, que al escribir El fondo de las aguas tuvo presente la tradición de la novela negra. Los libros de Raymond Chandler y de escritores similares, en los que se describen ambientes sórdidos, son una referencia a esta obra. Aclara el autor que ha cambiado algunas características. "Sonia, la joven de quien se enamora el protagonista, no es estrictamente una femme fatale, por ejemplo."
El libro también esboza varios guiños a otros títulos importantes. En un pasaje de la novela, el personaje principal escucha las voces de dos adolescentes recogedores de basura, en homenaje velado a "Los gallinazos sin plumas", de Julio Ramón Ribeyro. En otro pasaje se habla de los trompos hechos de madera de naranjo, lo que recuerda al zumbayllu de Los ríos profundos de José María Arguedas y al cuento "El trompo" de José Diez Canseco.
"Es una forma de hacer un homenaje a autores que me han influido de alguna forma. También es reconocer ser parte de una tradición".
Pero no todas las referencias se han limitado a lo literario. Por ejemplo, Elmore ha intercalado cada cierto tramo un problema matemático atribuido al protagonista. Para ello recurrió a sus apuntes de su preparación preuniversitaria. "Las ideas las tomé de allí, pero la redacción es mía", puntualiza.
"Escribí una novela que se saliera de la descripción topográfica de la ciudad. La tradición literaria peruana tiene una representación fuertemente realista de la capital. En este caso, busqué hacer algo diferente", comenta.
El resultado es una caótica urbe en la que se pueden intuir las calles de noche de San Miguel o del puerto del Callao, pero envueltas en una atmósfera onírica y de constante paranoia.
Insomnio reparador. En El fondo de las aguas se narra las peripecias que atraviesa Sergio Urbay, un profesor de matemáticas, después de ayudar una noche a un borracho. Esta anécdota lo lleva a conocer a la hija del sujeto, con quien recorre una ciudad violenta y corrupta en búsqueda de su progenitor.
El protagonista sufre de un persistente insomnio, por lo que ve afectada su percepción. "Esa característica me ayudó a crear un ambiente onírico y fantasmagórico, en el que podía moverme con más libertad", comenta Elmore.
Otra peculiaridad es que la trama, la cual transcurre en unos pocos días, no puede ser etiquetada como propia de un tiempo específico de nuestra historia. Elmore comenta que cuando se habla de novelas peruanas se tiende a asociarlas con un período histórico determinado. Así, evita la temporalidad adrede sembrando numerosas pistas falsas.
Por ejemplo, la escasez de productos y el tenso clima en que viven los personajes son ecos que nos remiten a la década de 1980. Sin embargo, otros detalles, como la privatización de servicios o la aparición de histerias colectivas, aluden más bien de la década siguiente.
Homenajes entre líneas. Peter Elmore reconoce, además, que al escribir El fondo de las aguas tuvo presente la tradición de la novela negra. Los libros de Raymond Chandler y de escritores similares, en los que se describen ambientes sórdidos, son una referencia a esta obra. Aclara el autor que ha cambiado algunas características. "Sonia, la joven de quien se enamora el protagonista, no es estrictamente una femme fatale, por ejemplo."
El libro también esboza varios guiños a otros títulos importantes. En un pasaje de la novela, el personaje principal escucha las voces de dos adolescentes recogedores de basura, en homenaje velado a "Los gallinazos sin plumas", de Julio Ramón Ribeyro. En otro pasaje se habla de los trompos hechos de madera de naranjo, lo que recuerda al zumbayllu de Los ríos profundos de José María Arguedas y al cuento "El trompo" de José Diez Canseco.
"Es una forma de hacer un homenaje a autores que me han influido de alguna forma. También es reconocer ser parte de una tradición".
Pero no todas las referencias se han limitado a lo literario. Por ejemplo, Elmore ha intercalado cada cierto tramo un problema matemático atribuido al protagonista. Para ello recurrió a sus apuntes de su preparación preuniversitaria. "Las ideas las tomé de allí, pero la redacción es mía", puntualiza.
Algo más
Peter Elmore afirma que lo motivó a escribir El fondo de las aguas una frase de Euclides da Cunha, autor de Os Sertoes, en la que se afirmaba que los peruanos vivíamos con el miedo a los terremotos.
Peter Elmore afirma que lo motivó a escribir El fondo de las aguas una frase de Euclides da Cunha, autor de Os Sertoes, en la que se afirmaba que los peruanos vivíamos con el miedo a los terremotos.
(Publicado en el diario El Peruano el 23 de agosto de 2006)
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