lunes, marzo 31, 2008

Machito bobo


Chispas Bellatín (Alberto Isola) es un exitoso hombre de negocios peruano de paso por Londres. Una misteriosa mujer, Raquel Saavedra (Bertha Pancorvo), pide conversar con él. Ella se identifica como hermana de Pirulo, un viejo amigo de infancia de su barrio miraflorino a quien Chispas no ve hace casi cuatro décadas.

En el encuentro empiezan a aflorar los secretos y recuerdos de ambos, fantaseando de tramo en tramo con haber vivido otras vidas. Los temas que afloran en la charla son la identidad sexual y los deseos reprimidos.

Al ser una pieza en la que sólo participan dos actores se corría el riesgo que resultara tan solo un largo diálogo. Por suerte, el inteligente montaje de Luis Peirano evita este peligro. Los actores se desplazan constantemente por una escenografía de varios niveles de piso(1). Pero este moverse no es gratuito, sino que apoya al desarrollo de la historia. Por ejemplo, cuando un personaje recuerda, avanza hacia el público mientras que el otro retrocede.

La obra – inspirada en una anécdota que escuchó Vargas Llosa a Cabrera Infante y que sería bueno no conocer hasta después de ver la puesta en escena – tiene como inconvenientes ser previsible y algo repetitiva a partir de cierto tramo. Sin embargo, es interesante ver el despliegue de distintos planos de ficción escenificados por dos actores y que recuerda el estilo narrativo del autor de Conversación en la Catedral.

Ficha técnica
Al pie del Támesis de Mario Vargas Llosa
Dirige
Luis Peirano
Actúan Alberto Isola y Bertha Pancorvo
En el teatro Británico (jirón Bellavista 527, Miraflores) de jueves a lunes. Entrada general a 35 nuevos soles.

(1) Una pequeña digresión. Los diferentes niveles de suelo me hacen recordar a la escenografía de la casa del protagonista de Él, la película de Buñuel. Supongo que este parecido se debe a que en ambos casos se busca mostrar cierta confusión entre los niveles de realidad.
Foto: Morgana Vargas Llosa

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