Adopte un fantasma

Laura (Belén Rueda) creció en un orfanato hasta que fue adoptada. Pasado el tiempo, ya en la treintena, vuelve a la vieja casona donde se crió con otros huérfanos. Su familia ahora está formada por su esposo Carlos (Fernando Cayo) y el pequeño Simón (Roger Princeps). Este último fue adoptado de bebé por la pareja, está enfermo de sida y juega con amigos imaginarios. La estadía de Laura en el viejo orfanato se va enrareciendo debido a extraños sucesos que despiertan su memoria. Todo se complica más con la desaparición de su hijo.
El principal logro de este filme es su puesta en escena. La trama no aporta mucho de original a las cintas del género, pero en compensación utiliza con destreza los clichés del género. Una vieja casona en la que se abren puertas y se escuchan ruidos misteriosos, videntes de acento extranjero, y otros, son elementos muchas veces vistos pero que en El orfanato están bien dosificados y que van creando una atmósfera sobrecogedora en la que se confunde la realidad y la fantasía.
Sin embargo, hay puntos débiles que señalar. El personaje anodino del esposo - poco complejo al igual que el de los papeles secundarios – es uno de ellos. La sensación de ya visto que transmite la película es otro. A pesar de ello, es una cinta que se ve con interés.
Un atractivo adicional es ver a Edgar Vivar, el recordado señor Barriga, haciendo de especialista en parasicología.
Ficha técnica
El orfanato de Juan Antonio Bayona
Actúan Belén Rueda, Fernando Cayo, Roger, Princeps, Geraldine Chaplin Edgar Vivar, entre otros.