- Escritor anuncia novela ambientada en gobierno de Velasco
- Personaje principal está inspirado en juventud de Montesinos
¿Tenemos la tendencia a relacionar las novelas con gobiernos específicos?
- Pues no lo sé. Supongo que algo de eso hay. Yo pretendo con este libro terminar una trilogía política empezada con mis dos novelas anteriores. Esta nueva entrega trata sobre el gobierno de Velasco, periodo del que creo no hay nada novelísticamente hablando. Guillermo Thorndike, Alfonso Baella Tuesta escribieron algo, pero eran crónicas periodísticas.
¿Qué título tendrá su nueva novela?
- Aún no le he puesto. Pensaba jugar con la idea de años como mis anteriores libros – Los años inútiles y El año que rompí contigo – pero no lo sé.
En las últimas elecciones un sector reivindicó la época que retrata en su nueva novela. ¿Qué opina?
- Me parece mal, terrible, porque el gobierno de Velasco fue en muchos sentidos malo. Realizó unas reformas agrarias, educativas que no tenían pies ni cabeza. Sobre todo, a mí me interesaba retratar la endeblez de muchos intelectuales que se vendieron al régimen y se convirtieron en los ayayeros de Velasco. Un sector resucitaba esa idea nacionalista absurda, patriotera, mezquina, en un mundo cada vez más moderno, donde se necesita una ideología simple, clara, eficaz. En Europa se está viviendo la fiebre de los nacionalismos y eso es gravísimo.
¿El paso del tiempo no ha idealizado esa época de la década de 1970?
- Sí. Además hay muchos reciclados que estuvieron primero con Velasco, luego con Morales Bermúdez, etc. Estuvieron aquí y allá.
Últimamente se han publicado varios libros sobre la época de violencia en el Perú. ¿Esta novela tratará tal vez de los orígenes de esto?
- No. En ese entonces lo que había era la rebelión de unos blancos en el valle de La Concepción. Pero en la novela no toco tanto eso porque lo que me interesaba era como funcionaba el poder. Tal vez sea mi novela más política. He hecho entrevistas, he leído, me he preparado en el tema, pero es una ficción. Hay algunos personajes que aparecen en Los años inútiles, pero en versión juvenil. También apareció de forma natural en mi novela Vladimiro Montesinos.
¿Ese personaje está basado en hechos reales?
- En la novela lo nombro sólo como Montesinos y es uno de los personajes principales. Casi todo está inspirado en hechos reales, lo que pasa es que el libro no confirma la realidad. Lo que pasa es que algunos hechos a mí me interesaba matizar. Yo cuento en esta obra una faceta del ex asesor que no es que no se conozca, sino que interesa menos. Cómo era él cuando era militar durante el gobierno de Velasco.
¿De qué se trata la historia que cuenta?
- Es una trama con muchísimos personajes en la que hablo de la soledad del poder. En ella trato sobre un presidente ficticio que cada vez se ve más rodeado de gente que le quiere mover el piso y cómo alrededor de los militares hay toda una gama de conspiraciones, traiciones, rencores. Narro un poco cómo es el poder y cómo es la fuerza corruptora de éste.
Hace novelas realistas y cuentos fantásticos. ¿Por algún motivo en particular?
- El cuento me permite explorar aspectos de género fantástico que me gusta mucho y que me resultan inviables en la novela por los temas que trato. Hay un perfil de estructura narrativa completamente distinto que ofrece cada tema. Es algo totalmente personal. Por otro lado, no me ha apetecido hacer una novela fantástica.
¿En qué proyecto está trabajando?
- Yo estoy planeando mi próxima novela que ocurrirá en Arequipa durante la Guerra con Chile. Creo que esa época que se puede novelar muy bien. Estando en Arequipa se me ocurrió el tema. Lo que quiero ahora es documentarme mucho, conseguirme libros de la época. Dependiendo de la información que consiga tendré para dos o tres años de trabajo. No sé qué tan larga puede ser.
¿Qué es lo que estás leyendo actualmente?
- A autores peruanos como Ruiz Ortega, Sergio Galarza, Leonardo Aguirre. Estoy leyendo País de Jauja de Edgardo Rivera Martínez. Una buena novela de Peter Elmore, El fondo de las aguas, un ambiente muy sórdido, muy pesimista. Es una novela muy buena que la alterno con lo que ya te dije. También estoy con algunas cosas de españoles que había postergado como de Francisco Umbral.
¿Ya no piensas convocar a otro congreso de literatura?
- No, ya no. Con el congreso del año pasado fue suficiente.
En las últimas elecciones un sector reivindicó la época que retrata en su nueva novela. ¿Qué opina?
- Me parece mal, terrible, porque el gobierno de Velasco fue en muchos sentidos malo. Realizó unas reformas agrarias, educativas que no tenían pies ni cabeza. Sobre todo, a mí me interesaba retratar la endeblez de muchos intelectuales que se vendieron al régimen y se convirtieron en los ayayeros de Velasco. Un sector resucitaba esa idea nacionalista absurda, patriotera, mezquina, en un mundo cada vez más moderno, donde se necesita una ideología simple, clara, eficaz. En Europa se está viviendo la fiebre de los nacionalismos y eso es gravísimo.
¿El paso del tiempo no ha idealizado esa época de la década de 1970?
- Sí. Además hay muchos reciclados que estuvieron primero con Velasco, luego con Morales Bermúdez, etc. Estuvieron aquí y allá.
Últimamente se han publicado varios libros sobre la época de violencia en el Perú. ¿Esta novela tratará tal vez de los orígenes de esto?
- No. En ese entonces lo que había era la rebelión de unos blancos en el valle de La Concepción. Pero en la novela no toco tanto eso porque lo que me interesaba era como funcionaba el poder. Tal vez sea mi novela más política. He hecho entrevistas, he leído, me he preparado en el tema, pero es una ficción. Hay algunos personajes que aparecen en Los años inútiles, pero en versión juvenil. También apareció de forma natural en mi novela Vladimiro Montesinos.
¿Ese personaje está basado en hechos reales?
- En la novela lo nombro sólo como Montesinos y es uno de los personajes principales. Casi todo está inspirado en hechos reales, lo que pasa es que el libro no confirma la realidad. Lo que pasa es que algunos hechos a mí me interesaba matizar. Yo cuento en esta obra una faceta del ex asesor que no es que no se conozca, sino que interesa menos. Cómo era él cuando era militar durante el gobierno de Velasco.
¿De qué se trata la historia que cuenta?
- Es una trama con muchísimos personajes en la que hablo de la soledad del poder. En ella trato sobre un presidente ficticio que cada vez se ve más rodeado de gente que le quiere mover el piso y cómo alrededor de los militares hay toda una gama de conspiraciones, traiciones, rencores. Narro un poco cómo es el poder y cómo es la fuerza corruptora de éste.
Hace novelas realistas y cuentos fantásticos. ¿Por algún motivo en particular?
- El cuento me permite explorar aspectos de género fantástico que me gusta mucho y que me resultan inviables en la novela por los temas que trato. Hay un perfil de estructura narrativa completamente distinto que ofrece cada tema. Es algo totalmente personal. Por otro lado, no me ha apetecido hacer una novela fantástica.
¿En qué proyecto está trabajando?
- Yo estoy planeando mi próxima novela que ocurrirá en Arequipa durante la Guerra con Chile. Creo que esa época que se puede novelar muy bien. Estando en Arequipa se me ocurrió el tema. Lo que quiero ahora es documentarme mucho, conseguirme libros de la época. Dependiendo de la información que consiga tendré para dos o tres años de trabajo. No sé qué tan larga puede ser.
¿Qué es lo que estás leyendo actualmente?
- A autores peruanos como Ruiz Ortega, Sergio Galarza, Leonardo Aguirre. Estoy leyendo País de Jauja de Edgardo Rivera Martínez. Una buena novela de Peter Elmore, El fondo de las aguas, un ambiente muy sórdido, muy pesimista. Es una novela muy buena que la alterno con lo que ya te dije. También estoy con algunas cosas de españoles que había postergado como de Francisco Umbral.
¿Ya no piensas convocar a otro congreso de literatura?
- No, ya no. Con el congreso del año pasado fue suficiente.
Perfil
Jorge Eduardo Benavides / Arequipa, 1964
De adolescente estuvo a un paso de debutar como futbolista profesional. Sin embargo, abandonó el deporte para estudiar derecho en la universidad Garcilaso de la Vega. Luego, se dedicó al periodismo radial. No obstante, la literatura lo terminó capturando. Reside desde hace una década en Madrid dedicado íntegramente a escribir. El próximo año publicará su tercera novela.
Algo más
Ha publicado los libros de cuentos Cuentario y otros relatos (1989) y La noche de Morgana (2005) y las novelas Los años inútiles (2002) y El año que rompí contigo (2003).
4 comentarios:
Le hubieras preguntado sobre el vergonzoso plagio, perpetrado en su primer libro, a Conversacion en la Catedral.
Este es otro de los típicos peruanazos que vende souvenirs en Madrid.
Cuál es el aporte de estos a la cultura?
Ninguna.
¿Te refieres a que usó una estructura similar al libro de Vargas Llosa? Vamos, eso no es exactamente un plagio. Sobre la influencia de MVLL sobre la obra de Benavides hay un montón de entrevistas - alguna mía entre ellas. Gracias por escribir, Andrés.
Ernesto, no solo uso la estructura sino q además se copió los procedimientos e intertextos de Vargas Llosa, lo cual no puede estar necesariamente mal, pero habla pésimo de alguien que se va a España para escribir. Para admirar al boom y copiarlo bastaba con quedarse en su Lince de siempre.
Lo mismo pero diferente pasa con Roncagliolo. ¿Dónde estará la verdadera renovación en la narrativa peruana? Leí al patita ese que publica en EEUU y me parece otro más del montón de conservadores y aburridos, tipo Cueto o este Vargallosista de los años 50.
AV
Sigo sin entender esa intromisión constante del sentimiento nacionalista en el terreno de la crítica literaria. Yo entiendo (desde la lógica distancia de un español que está estudiando literatura peruana) las tensiones y los resentimientos que existen en una sociedad peruana que se ha configurado en la intersección traumática de dos culturas; entiendo también que la cultura nativa ha sido despreciada y discriminada por siglos; pero lo que no entiendo es que se valoren obras y autores desde ese prejuicio tan extendido últimamente que ve en lo occidental un auténtico pandemónium. Para mí el lugar en el que uno nace es algo tan completamente aleatorio que no creo que esa circunstancia deba acarrear un compromiso incondicional para con la cultura autóctona. O por decirlo de otra manera: que los que aquí han emitido sus juicios no consideren a Benavides, Cueto o Vargas Llosa peruanos por su estética y cosmovisión occidentales (opinión perfectamente legítima) nada tiene que ver con la calidad artística de sus obras o sus aportes culturales. ¿Qué tendrá que ver que un peruano se vaya a España a publicar con sus logros literarios? Por otro lado, Benavides adopta mecanismos narrativos del boom igual que Ciro Alegría lo hace de los escritores naturalistas, Churata de los vanguardistas europeos, el primer Vallejo de los modernistas o Zavaleta de Faulkner. Es decir, aprovechar los procedimientos formales de otro escritor o de una escuela no significa incurrir en plagio. Las técnicas narrativas de Benavides en Los años inútiles son parecidas a las de Vargas Llosa, pero el tono o la elaboración de los personajes son distintos, por poner dos ejemplos que me vienen a la cabeza. La narrativa no sólo es armazón formal. Además, no es fácil aplicar mecanismos formales tan complejos sin que el resultado global se resienta, y Benavides (exceptuando quizás las primeras páginas, en las que probablemente haya cierta inadecuación de determinadas técnicas)lo consigue. También hay que tener en cuenta que es la opera prima de Benavides y que cualquier escritor en sus primeras obras evidencia el magisterio de sus modelos. Para mí Benavides, desde una perspectiva puramente literaria, es un escritor con unas facultades narrativas portentosas y me gustaría saber si se sabe ya para cuándo está prevista la publicación de su novela ambientada en la época del velasquismo. Gracias.
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