martes, febrero 13, 2007

“Ser exitoso debe ser desagradable”

Regreso. Carlos Calderón Fajardo anuncia sus nuevos proyectos editoriales
  • Narrador reivindica a escritores que evitan excesivo protagonismo
  • Próxima novela El fantasma nostálgico lo publicaría con Tusquets
¿Cuánto tiempo le demandó escribir Historias de verdugos?
- Los cuentos se van acumulando poco a poco. No es como la novela, que uno tiene un tema y lo desarrolla hasta que lo termine. Los cuentos van viniendo hasta que se encuentra un conjunto con cuestiones similares y se les reúne en un libro. Estos cuentos son de épocas diferentes pero tienen un aire de familia todos.

Usted, después de un tiempo de silencio, está publicando más frecuentemente.
- Lo que pasó es que en el año 2000 me dio miastenia, una enfermedad casi discapacitante que sólo te permite escribir. Entonces estuve acumulando novelas, cuentos.

También no era frecuente verlo en los medios.
- Yo he sido profesor universitario toda mi vida. Un profesor no puede ser tímido. Lo que pasa es que no era de aparecer en medios, dar entrevistas. Incluso no era nunca de presentar mis libros El primero fue con mi última novela, La segunda visita de William Burroughs. No había presentado mis siete libros anteriores porque me parecía un poco frívolo.

¿Hay un poco de eso en los escritores actuales que se preocupan más en aparecer en los medios que escribir?
- Yo siempre he tenido la idea de que el escritor no debe tener mucho protagonismo, no debe ser muy visible. Por lo menos algunos escritores. Hay el caso de Vargas Llosa o Bryce que parece que la visibilidad los fortifica más. Pero hay otros como Loayza o Ribeyro, que son más invisibles. Los escritores de ese tipo deben tratar de no exponerse mucho, porque por sus características sicológicas no están preparados para una excesiva visibilidad. Yo hice una declaración en Caretas sobre Santiago Roncagliolo, pero no para atacarlo. Dije que es un buen escritor, pero desde que ganó el premio Alfaguara pasó de escribir libros a presentarlos. Cosa que me hubiera pasado a mí si hubiera ganado el Tusquets. Felizmente que no lo gané.

¿Será por la dinámica del mundo editorial?
- Es que las editoriales se convierten en una especie de amo y señor, de verdugo del escritor. El editor te dice que debes presentarte en Washington, Buenos Aires, Madrid, y debes ir. Como le pasa a Alfredo Bryce. Su esposa está en Lima, pero él se pasa seis meses en Europa para presentar sus libros.

¿El éxito editorial dificulta la escritura?
- Hay gente que no le gusta ese éxito. En la literatura universal hay casos muy exagerados como el Sallinger. Yo no creo, por ejemplo, que Vargas Llosa pueda caminar por las calles de Lima tranquilo. Habrá gente que está preparado sicológicamente para eso, pero otra que no. Yo por ejemplo. Ser presidente del Perú debe ser muy desagradable.

¿De qué trata su novela finalista del Tusquets?
- Es una novela alemana sobre el fenómeno del nazismo. Todo pasa en Berlín. Yo en el año 94 fui a la capital alemana como profesor invitado del Instituto Iberoamericano de Berlín. Dediqué gran parte de mi tiempo a averiguar sobre mi madrastra y mi hermano mayor. Un poco a reconstruir la vida de mi padre de 1921 a 1934. No es una satanización del pueblo alemán, sino tratar de reflexionar como un país como Alemania que produjo a Beethoven, Marx, Freud, haya acabado en el holocausto máximo.

¿Qué proyectos tiene para el futuro?
- Tengo unos libros inéditos, pero no sé si se publicarán este año o más adelante. Todo está pendiente de un hecho fundamental que es lo que pase con Tusquets. Ellos se han comunicado conmigo. Han expresado interés en publicar la novela finalista. Ahora, si eso pasa, sería pasar de jugar en el Unión Huaral al Barcelona de España. Pasaría a otro nivel de circulación. Pero hasta que no vea la propuesta de contrato formal…

¿Qué le atrae de la literatura alemana?
- La literatura alemana es muy especial. Todo en Alemania está vinculado a la filosofía y a la música. Son las grandes expresiones de la cultura alemana. La literatura, a pesar de que tienen a Goethe y a Schiller, es algo más bien secundario. Entonces, todo lo que se hace en Alemania, incluso el lenguaje, se hace pensando. Nosotros no, todo lo hacemos sintiendo. El pensamiento es muy importante en lo que los alemanes hacen. En los grandes escritores alemanes como Herman Hesse o Thomas Mann hay un encuentro entre filosofía y reflexión que no ha habido en la literatura latinoamericana salvo Borges.

¿Qué escritor de lengua alemana actual le gusta?
- Thomas Bernhard me gusta mucho. Peter Handke que me parece también bastante bueno. Gunter Grass me gustaba en la primera parte de su obra. Walter Benjamín.

¿Barranco ha cambiado mucho?
- Yo soy barranquino. Yo nací en Juliaca, pero me crié en ese distrito. Ahora se ha convertido en el sitio donde van a tomar y beber.

¿Pero aún se mantiene un poco de la vida bohemia?
- En mi época era más un pequeño pueblo, donde todos nos conocíamos.

¿Sigue escuchando rock?- Me he quedado hasta la época de Pink Floyd. Escucho a The Doors, Beatles, Cat Stevens, Rolling Stones, de allí para adelante no escucho. ¿Y de rock peruano?- Me gusta mucho Leuzemia. Su cantante, Daniel F. tiene unas letras fantásticas. Esa de “a la escuela no voy más, ni huevón” me parece genial.

Claves sobre Carlos Carlderón Fajardo
En el año 2000 padeció miastenia, una enfermedad paralizante que sólo le permitía escribir. De esa época acumuló varios libros inéditos.
En el 2006 publicó después de seis años de silencio la novela La segunda visita de William Burroughs y la selección de cuentos Historia de verdugos.
Evitó presentar sus primeros seis libros por considerarlo frívolo. Sin embargo, con La segunda visita de William Burroughs (2006) hizo una excepción.

(Publicado en El Peruano en diciembre de 2006)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué tal paradoja la de Calderón: si no le importa el éxito, para qué mandó su libro al concurso de tusquets? Y lo mismo vale para Lauer: si no le importan los lectores (no sabe que no existe el escritor sin lectores?) ni quiere ningún tipo de prensa, con qué objeto participó en un concurso tan sonado como ése? Acaso ya no enseñan Lógica en las universidades?

L.A.

Anónimo dijo...

Creo que cuando le preguntaron a Borges para qué quería el nobel, si no lo necesitaba, él respondió: "no crea, la plata también ayuda"