Santiago Roncagliolo, escritor
Su última entrega busca hacer un perfil de uno de los personajes más controvertidos de las últimas décadas en el Perú: Abimael Guzmán
Desde hace poco La cuarta espada, el último libro de Santiago Roncagliolo, está circulando en las librerías peruanas. En él aborda uno de los episodios más difíciles de la historia reciente del Perú: Abimael Guzmán y su movimiento terrorista Sendero Luminoso. Su particular forma de abordar este tema le ha valido ya algunas críticas. En esta entrevista responde a ellas y comenta sobre su trabajo de investigación.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención en su investigación sobre Abimael?
- Son dos cosas. El que nunca llora. Ni sus hermanos, ni Elena Iparraguirre, ni los militares ni nadie recuerda haberlo visto llorar. Lo otro que me extraña es como él no se concibe fuera de Sendero Luminoso. No cree que haya tenido una vida personal ni nada que merezca decirse fuera de Sendero Luminoso. Incluso nunca usa el “yo”, siempre usa el “nosotros”. O se refiere a si mismo con el nombre de los órganos del partido que él dirigía. Casi como queriendo desaparecer como individuo dentro de su organización terrorista.
Cuenta en su libro que el diario El País titular un artículo tuyo sobre Abimael como “El loco más peligroso de América Latina”, lo que le generó problemas con sus fuentes. ¿Está en contra de este titular?
- El editor hizo su trabajo, buscar un titular interesante y no preocuparse de mis fuentes. Yo tuve que desmarcarme de ese titular porque perdí fuentes, entre ellos los suegros de Guzmán.
¿Pero ese titular refleja lo que piensas sobre él?
- Yo no pienso que esté loco, en realidad. Creo que cuando decimos que está loco es una forma de evitar pensar qué hay más allá. Cuando uno está loco, ya las cosas no son tu responsabilidad, son algo natural. Pero Guzmán tenía un sentido de la realidad y de la estrategia muy agudo. Y como no estaba loco, es responsable de sus actos y merece una pena de cárcel y no un tratamiento.
¿Cuál es la relación entre Abril rojo y este libro?
- Yo escribí primero Abril rojo. Pero algo me decía que la historia real era más escalofriante de lo que me podía imaginar. Abril rojo fue un empujón de interés hacia este libro.
En ambos libros narras la historia de una mujer que busca en las quebradas a su hijo desaparecido. ¿Esto lo tenías desde antes?
- Recuerdo esa historia de cuando trabajaba en la Defensoría del Pueblo. Yo tuve que entrevistar a esta mujer. Es curioso cómo la violencia del terrorismo alimentó a la del Estado, y la del Estado alimentó al terrorismo. Desde la perspectiva de los civiles los dos extremos, lejos de ser enemigos, se hacían el juego y justificaban la existencia mutuamente.
¿Cuál considera más personal? ¿Abril rojo o La cuarta espada?
- Yo prefiero este libro a Abril rojo. La violencia en mi anterior novela era ficticia, la iba descubriendo conforme iba investigando los crímenes. No tenía que encararlo tan directo. En cambio La cuarta espada todo lo que cuento es real. Creo que es mi mejor novela porque es real.
¿La considera novela?
- Es una novela en el sentido de A sangre fría de Truman Capote. Pero no es un libro periodístico de actualidad. Cuenta una historia que puedes leer aunque vivas en Birmania o Rusia, pues te habla del poder y la violencia. Si todos los personajes fueran ficticios seguirían funcionando igual.
¿No considera que comparar el uso de la ideología de los senderistas con La Fuerza de Luke Skywalker es banalizar el tema?
- No, son ejemplos didácticos. Yo no escribo sólo para un público peruano. Mis libros se traducen a unos doce idiomas. Necesito que sea muy claro qué es lo que pasó. Necesito usar referentes de cultura popular, muy simples y directos. Precisamente para que no se banalice, para que se lea la intensidad de lo que ocurrió.
¿Seguirá tratando el tema de la guerra interna?
- No, éste es el último. Yo siempre digo que la terapia ha terminado. Ha sido un trabajo muy personal porque también ha sido mi historia. Es una historia personal.
En el libro dice que lo escribes por dinero y se le ha criticado de oportunista. ¿Qué contesta a eso?
- Lo que me interesaba decir en ese párrafo era exponer qué era lo que podía vender a un gran periódico (El País de España). El dinero no era lo que me interesaba, que no era mucho. Lo importante al principio de esta historia era publicar un reportaje en un gran periódico. Cuando tienes una reunión con el editor de un gran periódico no tienes mucho tiempo ni muchas opciones. Debes tener una buena idea. Yo era peruano, así que no tenía posibilidad de ofrecer temas españoles. Había sido el 11-M, entonces había interés en el terrorismo. Eso es como empezó la historia y está dicho en la página 23 del libro. Las restantes doscientos cincuenta páginas se dedican a ver cómo no era una rutinaria historia de trabajo. Me gustaría que los críticos se leyeran el libro entero antes de criticar, es un mínimo de educación.
Se repite siempre que usted afirma que recién se está haciendo literatura sobre la guerra interna.
- No, eso no lo he dicho nunca. Hay literatura sobre la guerra interna desde los años ochenta. Lo que ha cambiado creo es la actitud del Perú, y en particular de Lima. Creo que la gente durante los 90 no quería ver, no quería mirar, lo tenía muy fresco. Hay una población ávida por saber que ya se siente más segura. Pero durante muchos años ha habido escritores tratando este tema como Luis Nieto Degregori, Oscar Colchado, Miguel Gutiérrez.
Su última entrega busca hacer un perfil de uno de los personajes más controvertidos de las últimas décadas en el Perú: Abimael Guzmán
Desde hace poco La cuarta espada, el último libro de Santiago Roncagliolo, está circulando en las librerías peruanas. En él aborda uno de los episodios más difíciles de la historia reciente del Perú: Abimael Guzmán y su movimiento terrorista Sendero Luminoso. Su particular forma de abordar este tema le ha valido ya algunas críticas. En esta entrevista responde a ellas y comenta sobre su trabajo de investigación.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención en su investigación sobre Abimael?
- Son dos cosas. El que nunca llora. Ni sus hermanos, ni Elena Iparraguirre, ni los militares ni nadie recuerda haberlo visto llorar. Lo otro que me extraña es como él no se concibe fuera de Sendero Luminoso. No cree que haya tenido una vida personal ni nada que merezca decirse fuera de Sendero Luminoso. Incluso nunca usa el “yo”, siempre usa el “nosotros”. O se refiere a si mismo con el nombre de los órganos del partido que él dirigía. Casi como queriendo desaparecer como individuo dentro de su organización terrorista.
Cuenta en su libro que el diario El País titular un artículo tuyo sobre Abimael como “El loco más peligroso de América Latina”, lo que le generó problemas con sus fuentes. ¿Está en contra de este titular?
- El editor hizo su trabajo, buscar un titular interesante y no preocuparse de mis fuentes. Yo tuve que desmarcarme de ese titular porque perdí fuentes, entre ellos los suegros de Guzmán.
¿Pero ese titular refleja lo que piensas sobre él?
- Yo no pienso que esté loco, en realidad. Creo que cuando decimos que está loco es una forma de evitar pensar qué hay más allá. Cuando uno está loco, ya las cosas no son tu responsabilidad, son algo natural. Pero Guzmán tenía un sentido de la realidad y de la estrategia muy agudo. Y como no estaba loco, es responsable de sus actos y merece una pena de cárcel y no un tratamiento.
¿Cuál es la relación entre Abril rojo y este libro?
- Yo escribí primero Abril rojo. Pero algo me decía que la historia real era más escalofriante de lo que me podía imaginar. Abril rojo fue un empujón de interés hacia este libro.
En ambos libros narras la historia de una mujer que busca en las quebradas a su hijo desaparecido. ¿Esto lo tenías desde antes?
- Recuerdo esa historia de cuando trabajaba en la Defensoría del Pueblo. Yo tuve que entrevistar a esta mujer. Es curioso cómo la violencia del terrorismo alimentó a la del Estado, y la del Estado alimentó al terrorismo. Desde la perspectiva de los civiles los dos extremos, lejos de ser enemigos, se hacían el juego y justificaban la existencia mutuamente.
¿Cuál considera más personal? ¿Abril rojo o La cuarta espada?
- Yo prefiero este libro a Abril rojo. La violencia en mi anterior novela era ficticia, la iba descubriendo conforme iba investigando los crímenes. No tenía que encararlo tan directo. En cambio La cuarta espada todo lo que cuento es real. Creo que es mi mejor novela porque es real.
¿La considera novela?
- Es una novela en el sentido de A sangre fría de Truman Capote. Pero no es un libro periodístico de actualidad. Cuenta una historia que puedes leer aunque vivas en Birmania o Rusia, pues te habla del poder y la violencia. Si todos los personajes fueran ficticios seguirían funcionando igual.
¿No considera que comparar el uso de la ideología de los senderistas con La Fuerza de Luke Skywalker es banalizar el tema?
- No, son ejemplos didácticos. Yo no escribo sólo para un público peruano. Mis libros se traducen a unos doce idiomas. Necesito que sea muy claro qué es lo que pasó. Necesito usar referentes de cultura popular, muy simples y directos. Precisamente para que no se banalice, para que se lea la intensidad de lo que ocurrió.
¿Seguirá tratando el tema de la guerra interna?
- No, éste es el último. Yo siempre digo que la terapia ha terminado. Ha sido un trabajo muy personal porque también ha sido mi historia. Es una historia personal.
En el libro dice que lo escribes por dinero y se le ha criticado de oportunista. ¿Qué contesta a eso?
- Lo que me interesaba decir en ese párrafo era exponer qué era lo que podía vender a un gran periódico (El País de España). El dinero no era lo que me interesaba, que no era mucho. Lo importante al principio de esta historia era publicar un reportaje en un gran periódico. Cuando tienes una reunión con el editor de un gran periódico no tienes mucho tiempo ni muchas opciones. Debes tener una buena idea. Yo era peruano, así que no tenía posibilidad de ofrecer temas españoles. Había sido el 11-M, entonces había interés en el terrorismo. Eso es como empezó la historia y está dicho en la página 23 del libro. Las restantes doscientos cincuenta páginas se dedican a ver cómo no era una rutinaria historia de trabajo. Me gustaría que los críticos se leyeran el libro entero antes de criticar, es un mínimo de educación.
Se repite siempre que usted afirma que recién se está haciendo literatura sobre la guerra interna.
- No, eso no lo he dicho nunca. Hay literatura sobre la guerra interna desde los años ochenta. Lo que ha cambiado creo es la actitud del Perú, y en particular de Lima. Creo que la gente durante los 90 no quería ver, no quería mirar, lo tenía muy fresco. Hay una población ávida por saber que ya se siente más segura. Pero durante muchos años ha habido escritores tratando este tema como Luis Nieto Degregori, Oscar Colchado, Miguel Gutiérrez.
(Foto: EFE)
9 comentarios:
"Necesito usar referentes de cultura popular, muy simples y directos. Precisamente para que no se banalice, para que se lea la intensidad de lo que ocurrió."
Habría que preguntarle por qué descarto a los cruzados o los nazis... ¿No tenían todos una teoría infalible para explicar el mundo, los ponían a ellos como el eje de éste y les daba el poder para transformarlo?
usar esos referentes ha sido al terrorista que hizo explotar una bomba en el edificio del FBI hace más o menos diez años. Cuando le preguntaron qué pensaba de la muerte de los niños que estaban en las guarderías de ese edificio, respondió: "Cuando Luke Skywaker hizo explotar la estrella de la muerte, no se preguntó si había guarderías allí, cosa que de hecho había porque en una sitio tan grande no se pueden evitar."
No conocía de esa frase que citas. Buen dato.
Las explicaciones de Santiago, lamentablemente no son convincentes. Y en cambio las críticas de Gustavo Faverón suenan cada vez más sensatas. Roncagliolo dice ahora que el proyecto en realidad no va a darle mucho dinero, lo cual puede ser discutible; lo que sí resulta ganancia inocultable es la difusión internacional y el prestigio que se obtiene de ella, porque en el extranjero no se van a levantar muchas voces para aclarar las complejidades de la violencia que se dio y se da en el Perú. Ahora, la crítica de Faverón no se limita a esto, sino a toda la concepción que Santiago parece tener de la literatura peruana, expuesta en el artículo Paisaje después de la batalla. ¿Cómo explicar entonces que un escritor que declara irresponsablemente sobre temas delicados o que trivializa el paisaje de la literatura nacional, sea publicado en periódicos y revistas serios? La respuesta posiblemente está en el mercado.
Hola Tanque de Casma, acabo de leer la entrevista que le hiciste a Roncagliolo. Te diré que algunas de sus respuestas resultan bastante deslucidas, comprendo ahora mucho mejor las críticas que él mismo va generando.
Todavía no he leído el libro de Roncagliolo (no sé si sea recomendable comprarlo y leer lo que vende) pero en todo caso (y no sé si Santiago sea consciente de ello), creo que es una burda y desatinada elección de referentes la que esta motivando a juzgarlo a priori a partir de lo que él expresa en sus entrevistas y no de lo que ha escrito y quiere que nos detengamos a juzgar los lectores. Tal vez debería tener más cuidado a la hora de presentar sus ideas sobre lo que escribe, al menos cuando se trata de temas serios y preocupantes como el de la Violencia Política en el Perú de los años del terrorismo; sobre todo en entrevistas que él sabe circulan públicamente y, quiéralo o no, son una carta de presentación de lo que él quiere "vender" literariamente.
Hasta ahora, con la poco atinada presentación que hizo él mismo de su última obra no puedo sino encontrar cada vez mayores razones para ir cediendo, yo también, a la crítica que le hace Gustavo Faverón, varias de ellas muy puntuales en el caso preciso de La cuarta espada.
Repito que no he leído su último libro todavía, creí leer que era una crónica periodística hace como una semana y ahora el autor señala que es una novela, así que ya no estoy segura a qué atenerme y tampoco sé si llegaré o a encontrar razones válidas para comprarla, aparte de la curiosidad instantánea por lo que él va generando. Lo que también pienso de la figura de Skywalker y las fuerzas del mal frente a comparación que Santiago hace de Sendero Luminoso y el nefasto, además de ignorante y criminal de Abimael Guzmán, ya ha sido bien expresado a modo de miscelánea por Gustavo en Puente Aéreo. Lo que si pienso es que este es un didactismo pésimamente entendido y mal utilizado por Roncagliolo, la didáctica, si Santiago no lo sabe, es una herramienta pedagógica que PARA NADA tiene que ver con la tomadura de pelo mediática a lo engañabobos del que él ha resultado participar con sus afirmaciones. Una didáctica así no es aceptable ni en el Kindergarden, resulta más bien una fabulación caricaturesca, sumamente ligth e irresponsable. De hecho Sendero Luminoso no sostuvo una “ideología ilustrada” que los peruanos debamos inclinarnos a juzgar con neutralidad. Espero estarme equivocando, pero a simple vista me parece que hay de por medio mucha ignorancia de su parte y una gran falta de documentación histórica y seria sobre un tema tan claramente nefasto y delicado para el Perú. Si sacar provecho económico de un asunto serio para el Perú es parte de su ética, pues bien por él, pero que lo haga bien es lo mínimo que requiere para no ser tachado de simple o ser criticado sin haber sido leído.
En fin, me pregunto ahora si valdrá la pena comprar el libro o mejor seguir ahorrándome el dinero para comprar ciertos números de la colección de revistas académicas de la PUCP este fin de semana…
¿Qué recomiendas Carlín?
V.
¿Qué es lo que más le ha llamado la atención en su investigación sobre Abimael?
- Son dos cosas. El que nunca llora. Ni sus hermanos, ni Elena Iparraguirre, ni los militares ni nadie recuerda haberlo visto llorar...
Uaaauu que interesante. Osea como es un psicopata criminal, el Sr. Guzman no llora. Hitler nunca lloro..., Stalin nunca lloro, Pol Pot nunca lloro.
Me imagino a Elena Iparraguire confesando el extraordinario descubrimiento de Roncagliolo:
"Mire Usted, yo nunca lo vi llorar......"
Y yo que desde mi experiencia psicologica tenia otra certeza: no tienen ustedes idea, como sufren y lloran los psicopatas!
Hola, Vanessa
Difícil contestarte si vale la pena o no comprar el libro de Santiago. Depende de qué quieras leer. A mí me pareció algo ligero al tratar el tema, aunque supongo que para quien no está familiarizado con Sendero y sólo quiera hacerse una rápida idea de cómo fueron los años de la guerra interna le pueda interesar. Es de una lectura fácil, además.
Pero si te interesa algo sustancioso sobre Sendero y esos años, dos lecturas que me parecen mejores y más interesantes son los libros de Gorriti y de Strong (Simon, si mal no recuerdo).
La verdad que de los libros de Roncagliolo prefiero Abril rojo.
Un abrazo
Ernesto
Puede ser que el dinero no sea tanto, pero mas que eso, lo interesante para cualquier autor es lograr la difusion internacional.
Recomiendo leer el libro de
Washington Huaracaha
"CIA , Sendero Luminoso , Guerra Politica"
tambien tres obras de Sendero
de Navy Postgraduate School Monterey GOOGLE:
GOrdon MCCOrmick NPS Monterey
editor Rand Corporation US Army
Estoy a una frontera de distancia y la verdad, es que para mi profesora de Periodismo de Investigación II del último semestre de Comunicación, el mencionado y tan criticado individuo, resulta ser un referente en la bibliografía de su plan de trabajo.
Dejen vivir! Y si no, véanse entera la saga de Star Wars. Así será menos gente pendejeando en la red.
Psd. Como olvidarme de mencionar, que mi profesora tiene sueños de fantasía cuando ella pasaba a varias cuadras del empoderamiento de la Casa de Gobierno en Lima en los años 90s.
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