domingo, abril 13, 2008

El misterio de la muerte


Uno de los poetas vivos más importantes de Chile, Oscar Hahn, acaba de publicar en el Perú la antología Hotel de las nostalgias. Próximo a cumplir los 70 años, nos cuenta sobre su obsesión por ciertos temas y su gusto por el rock. Esta es la entrevista sin editar.


En la antología que se le ha publicado en el Perú se percibe a la muerte como una de sus obsesiones. ¿De dónde surge ese interés suyo?
- Desde muy joven me hice esa misma pregunta y nunca he podido dar con la respuesta. Quizás tiene que ver con la temprana muerte de mi padre, que falleció cuando yo tenía 4 años. Pero a veces las respuestas que parecen más obvias no son las verdaderas. Para mí sigue siendo un misterio y es mejor que sea así. Hay una frase de García Lorca que siempre recuerdo: “Sólo el misterio nos hace vivir; sólo el misterio”.

¿Este interés aumenta o disminuye con el paso del tiempo?
- Ni aumenta ni disminuye, pero cambia la perspectiva. Próximamente voy a cumplir setenta años y sé que entro en la última etapa de mi vida. Cuando joven hablaba de la muerte mediante imágenes barrocas y alegorías medievales, como para distanciarme de ella. Ahora hablo de una manera más filosófica e introspectiva.
Un poema que me gustó en especial fue Una noche en el Café Berlioz. Intuyo que Café Berlioz es un local conocido de Santiago. ¿Cuál fue la intención de ubicar esta historia de desencuentros en ese lugar? ¿La razón de utilizar referentes cercanos como este local o las expresiones coloquiales es para darle mayor vitalidad a la poesía?
- Es curioso, porque en Santiago no hay ningún Café Berlioz. Sin embargo, el poema fue inspirado en algo que sucedió en un Café que se llamaba de otra manera. Despega de una situación real, vivida, pero poco a poco se va transformando en una especie de cuento fantástico. Muchos poemas míos han tenido un origen parecido y no es algo que yo busque a propósito.
En uno de sus poemas hace referencia a la música de Elvis Presley. ¿Sigue oyendo rock and roll? ¿Qué música le gusta oír? ¿Oye música mientras escribe?
- Cuando joven me gustaba mucho el rock. Lo descubrí con esa canción de Elvis que se llama en castellano “Hotel de las nostalgias”. El problema es que después de los Rolling Stones hay muy pocos grupos nuevos que no valen la pena. La excepción podría ser “Nirvana”. Tengo un poema justamente sobre Kurt Cobain. El jazz y la música clásica es lo que más escucho ahora, esté escribiendo o no.
¿Ve alguna relación especial entre la sensibilidad peruana y la chilena? ¿Hay mayor cercanía entre los naturales del norte de Chile y los peruanos?
- Yo tengo una relación muy especial con el Perú, porque mi abuelita paterna era peruana. Peruana de Tacna. Además viví mucho tiempo en Arica y desde ahí tenía un contacto permanente con el Perú como todos los ariqueños. De hecho mi segundo libro, “Agua final”, lo publicó Javier Sologuren en sus ediciones de “La Rama Florida”. Desde siempre los poetas peruanos me han acogido con una gran calidez.
¿Qué planes editoriales tiene para el futuro?
- En los próximos días la editorial Bartleby publicará en España una antología titulada “Poemas de la era nuclear”. También están por aparecer mis poesías completas, con el sello de Visor de Madrid. Paralelamente se publicará en Chile un libro inédito que se llama “Pena de vida”. Y en Lima, Lustra Editores prepara una compilación de mis poemas. El 2009 se publicarán en un solo volumen dos libros míos traducidos al inglés.

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