Andrés (Manuel Calderón) es pintor, pero desde que falleció su esposa Gaby (Rochy Yépez) se le hace difícil cumplir con su oficio. Cada noche sueña con su amada, pero ella nunca le dirige la palabra. Hasta esta noche, en que está a punto de mudarse, en que ella responde a sus lamentos y le habla.
Se puede adivinar que lo que sigue será un ajuste de cuentas de la pareja con su pasado, pero no importa. Desfilan ante nosotros los mil y un problemas que enfrentaron juntos y que aún los atormentan, desde la paternidad trunca hasta los familiares desaparecidos.
Es un argumento de apariencia simple pero que es narrado de forma inteligente en la que se reflexiona sobre el olvido, el amor y la muerte de manera sutil. La pieza – escrita por Claudia Sacha y dirigida por Carlos Acosta – es una demostración que no se necesita de gran parafernalia para lograr emocionar y conmover al espectador.
El montaje ha sabido sacarle provecho a la singular disposición del escenario, incluyendo la escalera contigua. Una escenografía minimalista y blanca, la disposición fuera de contexto de algunos elementos – el plumero como pincel, los zapatos de diferentes pares, etc. – va creando un conveniente ambiente de irrealidad, casi onírico. Es difícil encontrarle un reparo a esta pieza, salvo, tal vez, algunas pequeñas descoordinaciones en la parte musical. Pero por otra parte, una obra que merecer ser vista.
Ficha técnica
Naturaleza muerta
Escrita por Clauda Sacha y dirigida por Carlos Acosta
Actúan Rochy Yépez y Manuel Calderón
En la casa Espacio Libre (avenida Balta 170, Barranco). Viernes a las 20.00 horas, sábado a las 20.00 y 22.00 horas. Entrada a 10 nuevos soles.
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