domingo, noviembre 23, 2008

Perdidos en el paraíso


Agustín (Edgar Saba), un acaudalado empresario, ha traído a vivir a su casa de playa a su novia Elisa (Maricielo Effio), quien es ostensiblemente menor y de una clase social diferente. La familia se completa con sus jóvenes hijos, la disipada Andrea (Anahí de Cárdenas) y Diego (Sergio Gjurinovic) obsesionado de forma enfermiza de su hermana.
A diferencia de la primera entrega de Méndez, Días de Santiago, acá hay poco movimiento de cámara, lo que refleja la aparente calma en la que viven estos personajes. Los protagonistas a veces ni aparecen en cuadro. No obstante el lujo y la comodidad, ninguno de ellos está satisfecho. Elisa busca adaptarse a un círculo social que la ve con burla, los jóvenes no saben qué hacer con sus vidas, mientras que el padre sueña con un hijo que le siga los pasos.
Aunque los cuatro protagonistas están bien construidos, Diego es el que tiene mayor densidad. Este personaje, que busca refugio en el mundo de las empleadas domésticas, recuerda al Julius de Bryce pero con un poco de retorcimiento. Las olfateadas a su hermana son de antología.
En la película se ha cuidado con acierto de los detalles. Por ejemplo, una de las primeras escenas muestra a Elisa, morena y joven, conversando con su nuevo círculo de amigas, rubias y de piel clara, en un decorado blanco. A Elisa se le ve fuera de lugar tanto como Diego, casi al final, cuando está en un micro atestado de gente humilde. No obstante, en ocasiones se fuerza demasiado como en la primera aparición de la abuela de Elisa. Pero en líneas generales es un avance en el cine de Méndez, dejando varios momentos para el recuerdo como esa bella escena en la que Agustín, solo con un vaso de whisky y una empleada cerca, ve el mar desde su terraza y sueña solucionar los problemas que agobian a su familia.
Ficha técnica
Dioses
Dirige Josué Méndez
Actúan Edgar Saba, Mariciello Effio, Anahí de Cárdenas, Sergio Gjurinovic, Magaly Solier, Jason Day y otros.

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