lunes, julio 06, 2009

Memorias de una guerra

Exhumaciones de asesinados por Sendero Luminoso motivaron largometraje Realizadores aseguran que la filmación surgió de manera espontánea sin planificar

En 1983 una columna de Sendero Luminoso se ensañó con el pueblo de Santiago de Lucanamarca en venganza por la muerte del mando terrorista de la localidad. Más de dos décadas después un documental intenta dar luz sobre este sangriento hecho. Conversamos con sus directores Héctor Gálvez y Carlos Cárdenas.

La filmación de este documental duró seis años. ¿Cómo enfocaron el proceso?
- (Héctor Gálvez) Cuando empezamos a grabar en el 2002 no habíamos hablado en hacer el documental. La realidad nos lo fue presentando. Lo único que hicimos fue hacer un seguimiento. Carlos había estado antes en comunidades que sufrieron el proceso de violencia y conocía cómo habían estado entre dos bandos. Fuimos en la época de la CVR para ver qué podíamos encontrar. Yo no sabía nada más que cuestiones generales. Nos dimos que era interesante, pero visualmente no sabíamos cómo podía funcionar el documental. Hasta que nos enteramos del proceso de exhumación. No fue planificado.
¿Por qué escogieron Lucanamarca y no otro sitio donde se haya hecho exhumaciones?
- (Carlos Cárdenas) A partir de una foto que vi de una granja experimental en Puno quemada por Sendero Luminoso tuve el impulso por saber qué había pasado. Yo venía con la idea de ir a esos pueblos abandonados, porque me parecía bien loco que en medio de una guerra no se sabía que había zonas arrasadas que la gente se vio obligada a abandonar. Quedaron muchísimos pueblos fantasmas en el Perú. Esa fue una motivación personal.
-(HG) Para cerrar, no es que nosotros escogimos a Lucanamarca. Es más bien que la historia nos escogió a nosotros. No pensamos en hacer un largometraje sobre Lucanamarca, sino que nos dijimos que grabaríamos el proceso de exhumación y veríamos qué encontrábamos. Luego de quince días de grabación nos dimos cuenta que había historia, los conflictos que fuimos descubriendo.
Un punto llamativo de su documental son las declaraciones de Honorio Curitomay, hermano del mando senderista ajusticiado por el pueblo un día antes de la masacre. ¿Cómo consiguieron su testimonio?
- (HG) Con Honorio pasó algo muy particular. Cuando la época de la CVR se empezó a recolectar testimonios antes del documental. Pero Honorio no quiso declarar. Yo lo encontré como sale en el documental haciendo el baño para los comisionados. Entonces, comenzamos a conversar y nos ofreció contarnos su historia en su casa. Ni sabíamos que era el hermano, ni los de la CVR.
¿Tienen pensado seguir con este tipo de temática?
- (CC) En esa época hemos trabajado juntos en la ong TV Cultura haciendo este documental. Pero ahora Héctor tiene proyectos propios dentro de la ficción cinematográfica. Pero nosotros en TV Cultura tenemos un proyecto que trata un tema emparentado y que está finalista en Conacine. Se titula La Cantuta en la boca del diablo.

Sumilla
“Teníamos como premisa no mostrar ni buenos ni malos” Héctor Gálvez

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