jueves, agosto 13, 2009

En nombre del padre


Mario Sábato, cineasta
Uno de los documentales que ha llamado la atención en el Festival de Lima es Ernesto Sábato, mi padre. Conversamos con su director Mario Sábato.
¿Cómo es la relación con una persona tan reconocida como es su padre?
- Es la relación de un padre con su hijo. El hecho que sea conocido, o muy conocido es sólo una molestia externa. Todos los padres creo tiene genialidades, originalidades. En este caso se da que él es muy famoso. Él hace literatura y yo cine. Es lo único que podría decirse.

¿Debe ser difícil hacer un documental sobre una persona tan cercana?
- Muy difícil. En mi caso fue muy desgarrador. Me demoré mucho en filmarlo, cuando normalmente lo hago rápido. A veces regresaba a casa desbastado y no podía filmar en dos o tres días. Pero bueno, también fue una gran alegría poder hacerlo.
Usted ha comentado que con este documental quería hacer de un personaje admirable, un ser querible.
- Quiero mostrarlo como es para los íntimos. Encontrar a la persona que está detrás del personaje. Ese personaje es muy querido por mucha gente, pero está la persona que muy pocos podemos conocer. Esta es para mí el límite y el mérito del documental. Si un estudiante de literatura o un admirador de su obra quieren ver una visión rigurosa de él, este documental no le sirve. Esto es otra cosa.

Usted ha llevado al cine Informe sobre ciegos de su padre. El hijo de García Márquez también tiene proyectos similares sobre su progenitor y lo cita en sus filmes. Curioso que hijo de narradores hagan homenajes a sus padres a través del cine.
- Bueno, yo creo que en los dos casos, tanto en el de Gabo como en el de mi padre, es muy difícil filmar algo de ellos porque están. Los hijos nos podemos permitir libertades que otros no se permiten. Cuando hice El poder de las tinieblas (versión de Informe sobre ciegos) sólo yo le podía decir lo que le dije: “no vas a ver el guión, no vas a ver la película hasta que esté terminada”, y me aceptó todo. Para otro director que no tuviera ese grado de parentesco hubiera sido un calvario filmar con alguien como García Márquez o mi padre.
¿Qué tal la experiencia de dirigir las películas de Parchis?
- Esas son las películas que hice con seudónimo. En la época dictadura, no estaba exactamente prohibido, pero para sobrevivir con el seudónimo de Adrián Quiroga, que conocía todo el mundo, tres películas de Parchis y tres de los Superagentes. Me divertí como un marrano haciéndolas. Están dentro de mi filmografía. Mucha gente me desprecia por eso. Creo que no es un delito tan grave hacer películas para chicos, hay cosas peores. No me arrepiento del momento en que las hice, porque realmente nos divertíamos mucho. Era muy lindo ver cómo los chicos se divertían en el cine.

Sumilla
“No he dejado que mi padre vea el documental que he hecho sobre él”

Dato
El cineasta adelanta que tal vez ya no vuelva a dirigir

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