sábado, agosto 15, 2009

Entre Freud y una mujer desnuda


Dora (Wendy Vásquez) es una chica con cierto retardo que ha vivido dopada toda la vida. Sus padres deciden suspenderle la medicación para conocerla mejor. Sin embargo, esta medida desencadenará algo inesperado e incómodo para el entorno de la joven: su despertar sexual. Peor aún cuando quien se aprovecha de la situación no es, precisamente, un hombre virtuoso. La historia está inspirada de forma libre en un famoso caso estudiado por Freud.
A pesar de comenzar algo dura, conforme pasan los minutos la obra va ganando en ritmo. Una virtud son lo cuajadas que son la mayoría de actuaciones. Desde el novio pillo de Dora compuesto por Sergio Paris hasta el bienintencionado e inexperto doctor hecho por Marcello Rivera. Pero es la protagonista la que destaca sobre el resto, confirmando el buen momento por el que pasa. Si la recordamos del montaje de La prueba y otros más, vemos que varía de registro con facilidad sin perder calidad ni fuerza interpretativa.
A pesar de remitir a temas algo manidos, la obra es interesante y su montaje es eficiente. Sin embargo, hay algunos detalles que no convencen. Por ejemplo, a pesar de que la escenografía minimalista explica bien los cambios de locación, también se hecha mano a proyectar unos textos que recalcan lo que se puede apreciar con los ojos. Otro menor es la música en vivo que sólo está presente en un acto.
Ficha técnica
Las neurosis sexuales de nuestros padres
Dirige Jorge Villanueva
Actúan Wendy Vásquez, Sergio Paris, Marcello Rivera, Celeste Viale, Carlos Cano, Olga Bárcenas y Juan Carlos Morón
Estuvo en cartelera en el Goethe Institut Lima (Jr. Nazca 722, Jesús María).

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