viernes, agosto 28, 2009

“No hay nada que perdonar”


La frase que sirve de título a esta columna la pronuncia la protagonista Hanna Schmit (Kate Winslet) en un momento inocuo de la película y es el engañoso mensaje que se puede desprender de esta historia.
Michael Berg (David Kross), un adolescente de familia acomodada, tiene, durante un verano en la Alemania posterior a la Segunda Guerra Mundial, un romance con Schmit, cobradora de tranvías que le dobla la edad. De ella aprende el arte de amar, mientras que él le lee libros en voz alta antes de cada encuentro. Sin embargo, su amada desaparece de su vida de repente. Pero años más tarde, siendo ya un aplicado estudiante de derecho, la encuentra en un juicio que se le sigue a trabajadoras de campos de concentración. Estos hechos son recordados por Berg ya mayor, un abogado solitario (Ralph Fiennes).
No es inválido querer dar un retrato humano de los derrotados de la guerra mundial, pero en esta ocasión consideramos que se cae algo en la demagogia. Por ejemplo, oponer la miserable vida que lleva la protagonista para mostrar luego a una de sus prisioneras sobrevivientes en un lujoso departamento neoyorquino es tramposo. Encima, escuchar a esta víctima del Holocausto decir con un dejo de soberbia que “el analfabetismo no es un problema muy judío”, da idea de a qué apunta la película.
Estos reparos no son motivo para desconocer la gran actuación de Winslet como una ruda alemana de toscos modales; sin duda, lo mejor de la cinta.
Ficha técnica
Una pasión secreta (The reader)Dirige: Steven Daldry.Actúan: Kate Winslet, Ralph Fiennes, David Kross, Bruno Ganz y Matthias Habich, entre otros.

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