jueves, septiembre 03, 2009

Cuando calienta el sol


La cinta narra los percances de Santiago (Jason Day), un muchacho de 21 años cuyo padre acaba de suicidarse. Mientras está tratando de recuperarse de la impresión, recibe la visita de su hermanastra Ximena (Elsa Pataky) y su esposo Iñigo (Enrique Murciano).

Con la excusa de buscar relajarse, parten los tres rumbo a Máncora. En el camino van conociendo a un variopinto grupo de personas. Allí está el filosófico tablista brasileño Batú (Haagensen), una mesera mexicana (Gallardo) o una pobre niña rica (de Cárdenas). Todos atrapados en la vorágine de las fiestas y la diversión sin pausa del balneario piurano. En medio del desenfreno, Santiago va buscando un rumbo.

Esta película lo mejor que tiene es la fotografía. En especial destaca en el retrato de paisajes, pero se pierde un poco en interiores. Son bellas las tomas de la carretera Panamericana, en medio del desierto. Así como algunas imágenes de Lima y de las playas por las que transcurre la historia.
En segundo lugar, también es interesante la relación que establecen los dos protagonistas. Los dos son unos hermanastros que, desde los primeros momentos que los vemos juntos, sabemos que tienen una química que va más allá del cariño filial. Las libérrimas relaciones de pareja y demás que van surgiendo en el camino abonan para que su relación vaya perdiendo inocencia.

Sin embargo, en lo que adolece el filme es en el manejo de la historia y los caracteres. Si el trío de diferentes nacionalidades que domina la mayor parte de la trama tiene cierta justificación, el resto de casos no es así. Son personajes estereotipados y gratuitos. Batú, por ejemplo, juega a ser una especie de guía espiritual del grupo soltando lugares comunes con aire de profundidad en medio de aspiraciones de marihuana. O más patente el caso de la Mexicana, un papel creado tal vez pensando en la audiencia de ese país y que tiene una significación mínima en la trama.

Por otra parte, no siempre están claras las motivaciones de los hechos. Por ejemplo, la sesión de ayahuasca en el desierto entre Iñigo y Santiago, con revelaciones en teoría impactantes, no logra conmover ni ser entendida. Luego, queda para la polémica si el uso del más famoso poema de César Vallejo en la entrada y final de la cinta estaba justificado o no.

Ficha técnica
Máncora
Dirigida por Ricardo de Montreuil
Actúan Jason Day, Elsa Pataky, Anahí de Cárdenas, y otros

4 comentarios:

LuchinG dijo...

Citas fuera de contexto, gente vacía y con plata, escenarios de postal, gurúes recontramisiasos, experiencias psicotrópicas sin sentido, ¿y no pudieron hacer una buena película con eso? ¡Qué tipos!

Tanque de Casma dijo...

La fotografía es chévere. Pero me hubiera gustado que trabajen más la historia. ¿Ya la viste? Lo del poema de Vallejo me pareció medio roca. Igual, ojalá les vaya bien en la taquilla.

LuchinG dijo...

No la he visto, procuro no ver películas locales, porque si son malas el hígado me patea el doble.

Tal como la describes, quedaría perfecta si el autor no tomara gravemente los sentimientos de los protagonistas. El gurú, por ejemplo; esos gurúes de powerpoint autoayudístico son una pandemia, acá en la oficina leen powerpoints como quien lee poemas; habría que estar rayado para hacer una película y que el gurú sea un gurú de powerpoint, a menos que presentes eso como algo patético, vacío. Lo que describes parecen las piezas de una buena película, en una mala película. Claro, habría que convertir esa fotografía en postales.

frank dijo...

MMMMMM