domingo, enero 17, 2010

“Los niseis somos unos peruanos más”

Luego de años de espera, Augusto Higa Oshiro publica La iluminación de Katzuo Nakamatsu. En esta novela narra los problemas de adaptación de un nisei, un tema nuevo que no había tratado en su obra anterior.
El protagonista de su novela es hijo de japoneses, profesor universitario y criado en La Victoria. ¿Es coincidencia o pensado que comparta estas características con Fujimori?
- Coinciden en algunos aspectos genéricos. Yo especifico muy bien el tipo de nisei que estoy tratando. Es un hombre de 58 años, que de algún modo ha bordeado en la infancia todo ese sentimiento antijaponés de los años 40 y 50. No se trata de la segunda o tercera generación que ya son muy distintos. En esa medida hay algunas características genéricas. Son hijos de japoneses muy a la defensiva. Su identidad nacional siempre está en cuestión.
A pesar de los problemas de adaptación de Katzuo Nakamatsu también presenta un abanico de niseis que sí se adaptan, desde empresarios hasta jaraneros.
- Claro, pero en el fuero más íntimo... Yo conozco empresarios que mastican el castellano, a pesar de haber aprendido el japonés recién en el colegio. En el fuero íntimo no les viene la peruanidad como algo natural, sino como algo forzado. Pueden ser jaranistas, bailarines, pero en el interior existe la duda. Ahora la situación ha cambiado. La propia comunidad nos acepta.
¿Por qué escogió como narrador de la novela a un personaje descendiente de inmigrantes?
- Este pata, Benito Gutti, existió realmente. Él era bibliotecario de la sala de investigaciones de la Biblioteca Nacional que ya falleció. Cuando llegué a la parte que necesitaba un nombre para el narrador, leí unas reseñas de Benito Gutti y lo utilicé. Ni siquiera reparé que era descendiente de italiano, pero debe haber alguna similitud. Pero lo que sí estaba seguro era que la perspectiva final fuera de alguien que no fuera de la colonia.
¿Qué opina de las aproximaciones a la inmigración japonesa desde la literatura peruana?
- Esta Bryce Echenique, Vargas Llosa en La Casa Verde, en El Sexto de José María Arguedas hay un japonés vagabundo. Hay montones de ejemplos. Como ha sucedido en la vida diaria, el japonés ya no es una cosa folclórica, ya no es el chino de la esquina. Ahora es un peruano más con un apellido raro, pero que se comporta normalmente. Por ejemplo, ahora prendes el televisor y ves a Iwasaki, Miyashiro, Carla Harada, y es normal. Forma parte de la nacionalidad.

Datos

En estos días trabaja en un proyecto de novela ambientada en La Victoria a fines de 1980. Los temas que abordará serán el pandillaje, el terrorismo y la sindicalización, y contará con personajes niseis.
Augusto Higa Oshiro perteneció al grupo Narración, junto con Oswaldo Reynoso y Miguel Gutiérrez.


Publicado hace un par de años en El Peruano.

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