domingo, enero 17, 2010

Masacre en Texas

El dinero ha sido una de las obsesiones en la filmografía de los hermanos Coen. Ya es célebre la escena final de Fargo en la que el maletín del rescate se pierde bajo la nieve. En esta ocasión es otro maletín el detonante de la acción.
Llewelyn Moss (Josh Brolin), un cazador aficionado, se encuentra con dos millones de dólares abandonados en medio del desierto tejano. Sabe que es dinero de algún gangster que lo reclamará, pero decide arriesgarse y escapar con él. El delincuente que lo perseguirá es Anton Chigurh (Javier Bardem), un estrafalario y memorable psicópata que dejará una estela de sangre a su paso. Tras ambos irá el sheriff Bell (Tommy Lee Jones), un policía al borde de la jubilación al que le cuesta entender los nuevos tiempos.
A pesar de lo sangrienta de la trama, la narración es pausada e inteligente. Aunque la atención se la robe la performance de Bardem como un demente asesino, no hay que perder de vista el papel de Tommy Lee Jones, suerte de conciencia de la película. Las apesadumbradas reflexiones del sheriff Bell, sumado al paisaje árido del sur tejano, recalca el ambiente de fatalidad de toda la cinta.
Los Coen – hábiles artesanos a pesar de su irregularidad – se las ingenian para dar muestras de buen cine a cada paso. Basta notar cómo con un disparo fallido inician la película y dan pistas sobre el comportamiento del protagonista.


Ficha técnica
Sin lugar para los débiles
Dirigen Ethan y Joel Coen
Actúan Josh Brolin, Tommy Lee Jones y Javier Bardem, entre
otros.

Columna publicada en El Peruano hace dos años.

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