Pero, tal como afirma en los primeros momentos el protagonista, el cineasta Mateo Blanco (Lluís Homar), todos ansían vivir más de una vida. Un ejemplo es él, que se ha convertido en un escritor ciego llamado Harry Caine. Su musa, interpretada por Penélope Cruz, es prostituta de lujo a la vez que angelical secretaria, o su productora, leal amiga y a la vez traidora.
La acción tiene un tono contenido, distinto al habitual en este director. Sin embargo, intercala imágenes de una supuesta película del protagonista - suerte de avatar de la clásica Mujeres al borde de un ataque de nervios - con las que agrega pinceladas de ese humor que caracteriza al cineasta español. Aunque es imperdible ver a la entrañable Chus Lampreave diciendo “tú dices love, yo digo sexo” en una escena del recuerdo, y una de las claves son las repeticiones y referencias a su propio cine, por momentos se abusa de este recurso.
Muchos han calificado de cerebral la cinta, pero que eso sea cierto no impide señalar su fuerte carga emocional. El tema de la familia, constante en la filmografía almodovariana, proporciona una de las más bellas escenas de la película. En ella se le ve al protagonista bajando una escalera, inseguro, con ayuda de un bastón, mientras que a su lado el hijo de su productora va saltando. Momentos después, la madre junta la mano de ambos para que se cuiden mutuamente, estableciendo sin querer un vínculo perenne.
Ficha técnica
Los abrazos rotos
Dirige Pedro Almodóvar
Actúan Lluís Homar, Penélope Cruz, José Luis Gómez, Blanca Portillo y otros.
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