miércoles, julio 28, 2010

Los parientes pobres de la China Tudela

A fines de la década de 1980 apareció – en el semanario humorístico No de la revista Sí – una sección muy particular: Caín y Abel. Allí se narraba el día a día de dos hermanos mellizos muy distintos entre sí. El primero, un subterráneo y antisocial, el otro, modoso hasta el amaneramiento, cucufato y pegado a su madre. El humor de Rafo León, padre de la nariz respingada más ácida de la prensa peruana, la China Tudela, retrataba a través de ellos la deprimida clase media de aquellos años.

Los dos personajes narraban semana a semana alguna anécdota desde su particular y contrario punto de vista. Las canciones de protesta que componía Caín o los moralizantes poemas de Abel, escritos “de puño y letra” eran la yapa de sus peripecias.


Aunque la sección duró sólo unos meses, para varios amigos de mi generación fue un producto de culto. El grupo de rock de Caín, Flatulencia, debe ser uno de los más recordados de la escena subte ochentera, aunque nunca nadie los haya escuchado. En no pocas reuniones he oído a nostálgicos recordar las columnas de estos hermanos con tanta precisión que he empezado a dudar.


Un ritual personal en las hemerotecas en las que he recalado es buscar la revista Sí de fines de los 80. Y como una maldición, casi siempre tenía la ingrata sorpresa que su suplemento humorístico había desaparecido. Condenado a confiar en mi memoria o en la sospechosa exactitud de mis amigos, lamentaba la inexistencia de una recopilación de Caín y Abel. Su autor, en una entrevista que le hice hace unos años, me negó que pensara sacar algo así. Por suerte, rectificó.


La edición hecha por Contracultura tal vez sea perfectible. Un poco de información que contextualice cada entrega de Caín y Abel no estaría de más. Pero son detalles mínimos. El 7 de diciembre de 1987 Caín salía de su casa a tocar con su grupo de rock, mientras Abel se recuperaba de una patada de su mellizo. Hoy ambos están de vuelta.

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