domingo, septiembre 19, 2010

Buscando visa para una pesadilla

José María (Martina García) y Rosa (Gustavo Sánchez Parra) son dos emigrantes latinoamericanos en España que recién empiezan una relación. Él es albañil y ella es sirvienta en una mansión. Todo apunta a ser felicidad, pero él, a pesar de sus afables maneras, tiene violentas reacciones ante los contratiempos.
En uno de sus episodios de ira muere su capataz y decide esconderse en la casona donde labora Rosa sin que ella se entere. La cinta se centra en cómo él convive sin ser visto con los patrones de su novia y su lenta decadencia mental y física.
Uno de sus principales problemas del guión son los diálogos demasiado demostrativos y estereotipados. Escuchar al patrón decir “trabaja, acá no estás en tu país” o las discusiones familiares de los dueños de casa, llenas de clichés, son ejemplo de ello.
Otro asunto es el título que lleva a confusión. Más allá de un par de incidentes, la historia no llega a justificar el apelativo de Rabia.
Sin embargo, hay otros elementos positivos. El no dar mucha información de los protagonistas, desconociendo el por qué ella se ha apegado tanto a José María a pesar de su aparente ausencia o la razón del comportamiento patológico de éste, ayuda a crear una extraña atmósfera en el filme. A este fin también apunta la locación escogida, una amplia casa venida a menos, con infinidad de habitaciones abandonadas con objetos de desecho y ratas.
Se puede interpretar la historia como una demostración de cómo los fantasmas de América Latina viajan con los inmigrantes. Una sutil muestra es verlo al enloquecido José María haciendo ejercicios en su singular encierro. ¿Un eco de su pasado militar o guerrillero? Sin embargo, faltó redondear la trama para que fuera más verosímil.


Ficha técnica
Rabia de Sebastián Cordero
Actúan Martina García, Gustavo Sánchez Parra, Concha Velasco, Xabier Elorriaga Iciar Bollain

(Publicado en agosto en el diario El Peruano)

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