domingo, septiembre 19, 2010

Historias íntimas

En el reciente festival de Lima una de las películas que más halagos cosechó de la crítica fue Rompecabezas. Esta es la ópera prima de la argentina Natalia Smirnoff, asidua colaboradora de Lucrecia Martel y otros cineastas de su país. Conversamos con ella sobre esta cinta.
¿Cómo surge la idea de contar esta historia intimista?
- Sucede en un suburbio, en los alrededores de la capital. Para mí tienen algo de extraños. Si bien están a 40 kilómetros de Buenos Aires y la mayoría de sus habitantes viajan una hora para trabajar en la ciudad, lo hacen para tener una vida tranquila en una casita. Tiene su particularidad. Lo que se muestra más en el cine es la urbe, pero me interesaba esta zona que no lo era tanto.
¿Le interesaba este tipo de zona para mostrar una mujer con una vida más tradicional?
- Exacto. A mí me sorprende la diferencia que hace cuarenta kilómetros. Realmente la gente no está a la moda, no se viste de la misma manera. No existe la misma penetración que hay en la capital. Por eso la mezcla de inocencia y de actitud más firme de esta mujer.
Además hace el retrato de una familia muy machista, donde la madre podrá ser el centro de atención pero la tienen relegada.
- Sí. La verdad que es bastante común en Argentina como estructura. Es común en muchas familias. La madre que no trabaja que la hacen a un lado. Pero a mí no me interesaba como una revelación del machismo. Es un tema secundario. Pero sí me interesaba qué le puede pasar a una persona que no es centro y que puede perderse en dar a otros, y es feliz con eso. No me parece que lleve una vida pobre por eso.
Interesante cómo va evolucionando su protagonista a lo largo de la película.
- Como que hay un momento en que se cambia el orden. Pero no es la historia de una destrucción, sino de un reordenamiento, un ajuste.
En su filme los personajes masculinos no son estereotipados. Son sensibles a pesar de su machismo.
- Yo creo que hay una información cultural que todos traemos. Y hay otra parte que es lo que somos. El marido está sufriendo igual que ella el envejecer, el que los hijos se vayan a ir, los mismos problemas de ella. Aunque la cinta está desde el punto de vista de ella, no busca que haya buenos y malos.

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