A partir de allí el eje de la historia será la peculiar relación que se establece entre ambos. Dos seres muy distintos, buscando algo que nunca se define, huyendo juntos en una ciudad agresiva. Significativo que, en diferentes momentos, cada uno le pregunte al otro “¿aún no entiendes nada, no?”.
Esta cinta no busca ser un retrato realista de nuestro tiempo. Aunque no rehúye los escenarios sórdidos, su interés va por otro lado. Planteada por el director como el fin de su trilogía dedicada a hombres enfrentados a los prejuicios de su tiempo, esta entrega es distinta a sus predecesoras Una sombra al frente y El bien esquivo por su carácter más simbólico.
Un gran acierto de la cinta es lo cuidado que es cada encuadre, que enriquece de significados a la historia. Por ejemplo, esa escena casi al final en la que el protagonista sube el morro Solar para ayudar a su compañera, con la ciudad detrás y la enorme cruz iluminada como meta, aparte de la belleza plástica, es muy connotativa y emotiva. Otra escena memorable es la del cementerio, en la que entre lápidas y rejas se muestra el lado exhibicionista y Voyeur de los personajes principales.
Pero una historia en la que casi todo el peso de la trama recae en dos personajes sería fallida si no fuera por un buen despliegue actoral. El dúo Brero Orue sale bien librado del reto. Alegra el desempeño de la actriz, a quien recordamos de algunos papeles de teatro, quien da buena réplica al veterano Brero. Hace bien su papel de lumpen, a pesar de un par de parlamentos algo forzados que el guión le hace decir.
Sin embargo, hay que anotar que las escenas de acción no son el fuerte de Tamayo. Más allá de eso, una cinta muy recomendable de un director siempre interesante.
Ficha técnica
La vigilia de Augusto Tamayo.
Actúan Gianfranco Brero, Stephanie Orue, Tommy Párraga, Carlos Orbegozo, Jaime Zevallos y Miriam Reátegui.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario