jueves, diciembre 09, 2010

“Yo sólo vine a cazar coleópteros”

Un hombre (Leonardo Torres) en un perdido paraje del desierto pide hospedaje por una noche a una mujer (Andrea Fernández). Pero lo que iba a ser una estadía temporal se va prolongando por confusas razones. Ella aparenta ser sumisa, mientras que él es un sabelotodo citadino empeñado en irse. Con el paso del tiempo, como era de esperarse, se va estableciendo una peculiar relación. Pero lo interesante no es el desenlace, predecible desde las primeras escenas, sino la manera sugerente en que se llega a él.

La pieza, inspirada en la novela del japonés Kobo Abe, transmite un aura de misterio desde la escenografía. Arena, una casucha de esteras, una escalera que cuelga de la nada, poca cosa más. Pequeños detalles van variando y marcan el tiempo. La ropa de él se desgasta y cambia. Se agrega una planta, una radio. Ella cuenta sobre su hijo y esposo perdidos en la arena. Él de su vida como profesor de escuela y aficionado a los insectos. En el contexto, ambos recuerdos son tan fantasmales como las historias que cada tanto se cuentan ambos.

La desconcertante realidad descrita subraya lo enigmático. ¿Dónde están? ¿Por qué deben juntar arena todos los días? ¿Quiénes les proporcionan los víveres? Preguntas que quedan en el aire y no distraen de lo principal de la obra: indagar en el vínculo de dos personas. Ese tal vez sea su principal virtud. Plantear más dudas que certezas. Una bella y sugerente obra. La mejor que le hemos visto a la eficiente Marisol Palacios.


Ficha técnica
La mujer de arena
Dirección de Marisol Palacios
Adaptación de la novela del mismo nombre de Kobo Abe hecha por Marisol Palacios y Giovanna Pollarolo
Actúan de Leonardo Torres Vilar y Andrea Fernández
En la Alianza Francesa (avenida Arequipa 4595, Miraflores) a las 20.00 horas de jueves a lunes.

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