jueves, marzo 24, 2011

Balas a ritmo de vals

Simón Weiss es un reconocido detective de la policía de métodos poco ortodoxos y que es de origen judío. Se le encomienda resolver dos asesinatos en medio de la ciudad de Lima afectada por el terremoto de 1970, uno es la muerte de un japonés y otro el ahorcamiento de un personaje relacionado a los campos de concentración nazis. Tiene de ayudante a Katón Kanashiro.

Estamos ante un argumento propio de la novela negra, con antihéroes que se mueven con sus propias reglas. Cocainómano e impulsivo, el protagonista no es exactamente un modelo a seguir. Los demás personajes se mueven con similares reglas éticas, asumiendo como normal los ajustes de cuentas y la impunidad. Héroes y villanos se comportan igual de violentos y arbitrarios, siendo la raya que los divide muy tenue.

Pero hay un añadido que la hace distinta a las típicas novelas de detectives, un sabor distinto. Y no porque la acción suceda en una Lima aún criolla, sino por cierto tono exagerado con el que se van presentando los hechos. Por ejemplo, Weiss no es sólo un hábil sabueso y eventual mujeriego, sino que también tiene talento para la música y anima jaranas cada cierto tramo. Letras de boleros y valses se incluyen en la narración. O, para seguir con el protagonista, su don profético que le permite presagiar el resultado de partidos de fútbol.

Es una novela desbordada no ajena a la reflexión sobre la identidad y la pertenencia. No por nada Weiss y su segundo son peruanos de primera generación. Significativo el momento en que el detective observa a la derruida ciudad y la encuentra familiar, mientras que, páginas más adelante, constate que la Lima señorial está dando paso a algo desconocido. Recomendable novela a pesar de tener algunos baches en el que la narración se torna forzada. Esperemos que la dupla tenga más aventuras en el futuro.

Ficha técnica
Acuérdate del escorpión. Isaac Goldemberg (Fondo editorial de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega)

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