jueves, marzo 24, 2011

La última reina


Ayer los amantes del cine amanecimos con una triste noticia. Uno de los íconos del Hollywood más glamoroso, Elizabeth Taylor, falleció a los 79 años de edad. Tras ella deja medio ciento de títulos, varios de ellos joyas imprescindibles para entender la historia del sétimo arte.

Las generaciones más jóvenes tal vez tengan una imagen muy magra de ella. La recordarán por su amistad con Michael Jackson, la cantidad de sus maridos o por su lamentable adiós de la grande con la olvidable película Los Picapiedras (1994). Pero ella es más, mucho más que eso.

Ella participó en cintas que han marcado el imaginario de los cinéfilos y del público en general. Por ejemplo, al buscar en Internet Cleopatra entre los primeros resultados siempre están enlaces a la película que protagonizara en 1963 y en la que compartiera el protagonismo con su dos veces esposo Richard Burton.

Son varios los filmes que no se pueden obviar en su trayectoria como La gata sobre el tejado caliente (1958), Butterfield 8 (1960) o El padre de la novia (1950). Elizabeth Taylor compartió pantalla con James Dean en la última cinta de éste, Gigante (1956).

En lo personal, me impactó en ¿Quien le teme a Virginia Woolf? (1966), papel por el que ganaría su segundo Oscar (el anterior fue por Butterfield 8). En esta película de Mike Nichols ella da vida a una esposa dominante, casada con un profesor alcohólico, y que convierte en un infierno lo que iba a ser una rutinaria velada con otra pareja.

Elizabeth Taylor se inició muy joven en el mundo del cine, a unos tempranos 10 años. Pero sería entre las décadas de 1950 y 1960 en que se convertiría en una de las más cotizadas estrellas de Hollywood. Recordemos que por su actuación en Cleopatra llegó a cobrar un millón de dólares, un récord para esa época, comparable a las astronómicas sumas de la actualidad. Se ha ido una grande. El mejor homenaje será volver a ver sus películas.



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