El duque de York y futuro rey de Inglaterra Jorge VI (Colin Firth) sufre de tartamudez, por lo que cumplir sus actividades protocolares es un martirio. Buscando solución, termina donde Lionel Logue (Geoffrey Rush), actor aficionado y autodidacta especialista en problemas de lenguaje. A través de técnicas poco ortodoxas combatirán la timidez del monarca mientras que éste descubre el calor humano que su cuna le impidió.
La ganadora del Oscar es una cinta correcta hecha para emocionar en los momentos precisos, pero que no arriesga mucho más. Se basa casi en exclusiva en el duelo entre dos personajes de distinta procedencia. Como es previsible, se descubre que la vida del poderoso no es un lecho de rosas y que el menos afortunado tiene algo que enseñar al otro. Las actuaciones son muy logradas, lo que hace lamentar que el guión no se anime a explorar algunas vetas que sólo insinúa.
Por ejemplo, es sugerente cómo el terapeuta es obsesivo con las obras de Shakespeare, en especial con sus personajes poderosos. Es rechazado para cumplir el rol de rey en el montaje de una de ellas por su forma de hablar, pero, vueltas de la vida, termina enseñando a hablar a un monarca de verdad. Pero este amago democratizador no va mucho más allá.
Conforme avanza la trama esta deviene en cada vez más trivial, en especial en su retrato del rol político del rey (“ya no basta con que se vea bien en uniforme, ahora necesita también hablar bien”, según definición de un personaje de la película). Lo mejor es la primera mitad de la cinta, en la que se explora el lado íntimo de la relación entre los dos protagonistas, ajenos a los acomodos históricos que abundan al final. Fuera de ellos y tal vez la esposa del Rey, solo hay personajes acartonados como Winston Churchill haciendo de pitoniso.
Ficha técnica
El discurso del rey
Dirige Tom Hooper
Actúan Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter y Guy Pearce, entre otros.
La ganadora del Oscar es una cinta correcta hecha para emocionar en los momentos precisos, pero que no arriesga mucho más. Se basa casi en exclusiva en el duelo entre dos personajes de distinta procedencia. Como es previsible, se descubre que la vida del poderoso no es un lecho de rosas y que el menos afortunado tiene algo que enseñar al otro. Las actuaciones son muy logradas, lo que hace lamentar que el guión no se anime a explorar algunas vetas que sólo insinúa.
Por ejemplo, es sugerente cómo el terapeuta es obsesivo con las obras de Shakespeare, en especial con sus personajes poderosos. Es rechazado para cumplir el rol de rey en el montaje de una de ellas por su forma de hablar, pero, vueltas de la vida, termina enseñando a hablar a un monarca de verdad. Pero este amago democratizador no va mucho más allá.
Conforme avanza la trama esta deviene en cada vez más trivial, en especial en su retrato del rol político del rey (“ya no basta con que se vea bien en uniforme, ahora necesita también hablar bien”, según definición de un personaje de la película). Lo mejor es la primera mitad de la cinta, en la que se explora el lado íntimo de la relación entre los dos protagonistas, ajenos a los acomodos históricos que abundan al final. Fuera de ellos y tal vez la esposa del Rey, solo hay personajes acartonados como Winston Churchill haciendo de pitoniso.
Ficha técnica
El discurso del rey
Dirige Tom Hooper
Actúan Colin Firth, Geoffrey Rush, Helena Bonham Carter y Guy Pearce, entre otros.
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