jueves, agosto 18, 2011

Mariana de Althaus: Arte más allá del placer

En estos días está en cartelera Entonces Alicia cayó, obra ganadora del tercer concurso de dramaturgia convocado por el centro cultural Peruano Británico y que escribiera Mariana de Althaus, un nombre habitual en este tipo de certámenes. En estos días se presentó la publicación impresa de esta pieza. Conversamos con la autora sobre su visión sobre el teatro.
La temática de sus obras va desde lo íntimo como puede ser la maternidad hasta un retrato de época como en su pieza Ruido. ¿Con qué vertiente se siente más cómoda?
- En cada obra me siento cómoda con cosas diferentes por el contexto en el que me encuentro. Ahora me siento cómoda o incómoda, depende de cómo lo veas, inmersa en un mundo que tiene que ver con la maternidad, y el choque que da el ser mamá o papá en un mundo competitivo como éste. Es un tema que a mí me toca, porque lo estoy viviendo.
Por sus palabras se sugiere que uno debe sentirse incómodo con algo para que sirva de inspiración.
- Efectivamente. Es un sufrimiento. Tiene que haber un montón de sufrimiento para que tenga sentido. El arte no es sólo placer. Tal vez alguien ha encontrado sólo placer en el arte y a ése yo lo admiro. Porque al enfrentarse a esos temas uno escarba en zonas donde uno naturalmente no suele escarbar, y encuentras sorpresas.
Después de haber pasado por varios roles como actriz, dramaturga y directora, ¿cuál le motiva más?
- En la dirección, definitivamente. Uno nunca debe decir nunca, pero nunca creo que vuelva a actuar. La dirección te permite tomar decisiones. A mí me cuesta mucho seguir las órdenes de los demás. Me gusta crear mi propio mundo. La actuación me parece un acto de valentía del cual no soy capaz. Es otro tipo de valentía, porque ser director te exige otro tipo de valor al afrontar otras responsabilidades. Depende del carácter de cada uno.
Usted ha estado en talleres de actuación, ha estudiado literatura, entre otras cosas ¿Qué aspecto de su formación le ha servido más para escribir teatro?
- Creo que todo sirve. En un momento creí que había perdido el tiempo estudiando literatura en la Católica. Pero ahora me he dado cuenta que yo no podría ser la persona que soy, ni podría escribir ni aproximarme a mis actores de la forma que lo hago, sino hubiera tenido una formación académica como la que tuve en literatura en la Católica. Y haber vivido la historia que he vivido, tener los padres que he tenido. Todo influye, se acumula.
Hace un par de décadas no se veía tanta obra de teatro en Lima. ¿Cómo vive esta especie de boom?
- Maravilloso. Lo bueno es que hay mayor nivel de exigencia, porque hay más oferta. Hay un peligro que, por la competencia, uno tienda a ser más complaciente, hacer obras sólo para que el público venga. Pero también te exige ser mejor en tu trabajo, dentro de tu esencia. Cómo captar al público sin traicionarte. Yo creo que cada vez va a haber más teatro en los conos, en otras zonas de Lima, donde se hace mucho teatro, pero que no se difunde esa información. Se puede crear otro circuito.
¿De qué va la obra que está ahora escribiendo?
- Es una obra que aborda el tema de la maternidad, pero desde otro punto de vista. Es una pieza totalmente testimonial. No es ficción, no me la he inventado yo. Es la historia de tres actrices respecto a su crianza y a su maternidad. Ellas son Lita Boluarte, Alejandra Guerra y Kareen Spano. Es un experimento para mí, algo que nunca he hecho. Algo que me aterra y a la vez me fascina. Es un teatro documental, biodrama. Me provoca romper con el estilo que he hecho estos años.

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