martes, agosto 16, 2011

Un balance del festival

Acabada una nueva edición del Festival de Cine de Lima, quizás el evento cultural local más importante del calendario, es momento de hacer un balance. En líneas generales, se nota una actividad ya consolidada, capaz de convocar para el homenaje principal a una actriz de la trayectoria de Geraldine Chaplin.
Las muestras paralelas, por su parte, esas cintas que no compiten por ningún premio pero que gracias al Festival tienen la oportunidad de ser vistas en pantalla grande, tuvieron de cal y arena. Por un lado, fue acertado programar ciclos dedicados a los homenajeados Damián Alcázar y la mencionada Chaplin – un lujo tener en pantalla grande otra vez a Doctor Zhivago, aunque sólo sea una noche – como los preestrenos de lo último de Woody Allen y Eliseo Subiela. Pero salvo el ciclo de cine vasco, se extrañaron esas programaciones temáticas de otros años.
La competencia
Revisando la lista de cintas que disputaron los trofeos en las dos categorías principales, se debe reconocer el afán del Festival de Cine por dar una selección amplia del acontecer cinematográfico de América Latina. Es, hay que recordarlo, una de las pocas ocasiones que el público local puede apreciar cintas de la región en una sala de cine.
En el rubro documental, aunque la ganadora fue El lugar más pequeño de Tatiana Huezo de México, no fue la única que recibió el aplauso de los aficionados. La argentina Amateur o la brasileña Wasteland concitaron también la atención.
En cuanto a ficción, el rubro que más interés atrae, se debe decir que la mayor parte de las cintas en lisa tuvieron un nivel parejo. No hubo una película que descollara significativamente. Prueba de ello es que ni el galardón dado por el jurado – El premio – ni de la crítica internacional – Jean Gentil – ni del público – Tropa de élite 2 – ni de la prensa local – Por tu culpa – coincidió.
Algunas tendencias se pueden apreciar en las 19 películas que compitieron en ficción. Por ejemplo, varias tuvieron a niños enfrentados a situaciones de violencia política o social – la mencionada El premio, Los colores de la montaña, El chico que miente, en parte la peruana Las malas intenciones – mientras que otras – Jean Gentil, Las acacias – mostraban la vida de seres marginales entre dos países. Otro dato es cómo el fútbol se pone al servicio del retrato social en filmes como Hermano o Los colores de la montaña. Pero, como todos los años, lo mejor fue el entusiasmo del público. A esperar una edición corregida y aumentada en el 2012.

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