El Trovador (Giovanni Ciccia) sueña con ser el autor de un bolero inmortal, tanto que es dispuesto a vender su alma al diablo. Pronto, gracias al Coco (Leonardo Torres Vilar) se le presenta la oportunidad de escribirlo, pero tendrá que escoger entre su sueño con el amor de la Gitana (Vanessa Terkes).
La película, cuya trama es una variante de la clásica historia de Fausto, tiene muy buenos momentos con otros que no lo son tanto. Las más logradas escenas corresponden al Trovador atrapado en su universo nostálgico. Desde su comportamiento hasta la ropa que usa recuerdan a esas cintas mexicanas en las que el bolero y otros ritmos latinos eran la banda sonora obligada, pero en clave ligeramente estilizada.
Y si el protagonista es un bohemio de la vieja escuela, su diablo no podía desentonar. Leonardo Torres Vilar, uno de los mejores actores teatrales de la escena local, se luce en su rol. Le imprime al papel un cinismo de encantador de serpientes bien replicado por Ciccia.
Pero este buen nivel decae enormemente durante la historia de amor. Los diálogos y acciones encargados a la Gitana ya no son tan afortunados como los de el Coco o el Trovador. Terkes no tiene además un registro tan variado como sus compañeros. El romance, salvo uno que otro momento, es convencional y poco sugerente. Quedan esbozos a medio camino no explotados como, por ejemplo, el contraste entre el mundo discotequero de la Gitana con el del bolero.
Un filme con buenos aciertos pero que no logra mantener el buen nivel en todo momento. Sin embargo, quedan varias imágenes recordables. El demonio de Leonardo Torres Vilar es uno de ellos. Teddy Guzmán acompañada de Los Morunos, es otro.
Ficha técnica
Bolero de noche
Dirige Eduardo Mendoza
Actúan Giovanni Ciccia, Vanessa Terkes, Leonardo Torres Vilar, Teddy Guzmán, y otros.
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