Hace un año – días más, días menos – los peruanos nos acostamos sin mucho interés en los premios que por esta época entrega la Academia Sueca y amanecimos con un Nobel en casa. La fiebre que se vivió en nuestro país la debe experimentar en estos momentos alguna otra nación. Otro escritor* – tal vez habitual en las cábalas, tal vez desconocido – ahora es el centro de la atención de los amantes de la lectura.
Vargas Llosa, en una entrevista reciente, bromeaba diciendo que por fin iba a poder descansar de tanta actividad y tendrá tiempo para escribir cuando se sepa quién será el nuevo Nobel. Bastante de razón tiene. Desde ese primer jueves de octubre de 2010 en que una llamada de Estocolmo lo despertó no ha dejado de estar en el ojo de la noticia.
Sin ir muy lejos, esta semana estuvo en Madrid junto al Príncipe de Asturias y un grupo de intelectuales de primer nivel anunciando el proyecto de la cátedra que lleva su nombre. Una vorágine de actividades y presentaciones que no ha parado y que él calificó en su momento como un torbellino
Los homenajes no cesan en diversas partes del orbe, acompañado de un aumento exponencial de la venta de sus libros y múltiples traducciones. Sin embargo, más allá de su universalidad, el autor no ha perdido oportunidad para mostrar su orgullo por la tierra en que nació y en la que recrea una gran parte de su obra.
Por mucho tiempo tendremos presente su discurso de aceptación del premio, dado en diciembre del 2010, cuando, además de llorar al mencionar la importancia de su esposa en su carrera, aseguró enfático que “al Perú lo llevo en las entrañas”.
Se trata de un escritor atado a su terruño, que se emocionó más con el homenaje que le hizo su equipo de fútbol peruano, Universitario de Deportes, que el que le hizo el Real Madrid. Un autor pendiente que, más allá de su fama, no deja de comprometerse con lo que suceda acá. Por ejemplo, encabezó hasta mediados del 2010 la iniciativa para la creación del Museo de la Memoria. O, más recientemente, no dudó en dar su opinión cuando se la pidieron durante la reciente campaña electoral, teniendo la posibilidad de abstenerse.
Es de suponerse que la espiral de compromisos en la que está decaerá luego del anuncio de esta madrugada de la Academia Sueca. Un nuevo escritor experimentará lo que es ser Nobel, mientras que Vargas Llosa regresa a lo suyo. Y nosotros, sus lectores, volvemos a esperar un nuevo libro suyo.
* A esta hora ya se sabe que es el poeta sueco Tomas Tranströmer. Mucho gusto.
3 comentarios:
No solo los peruanos nos alegramos de ese premio. Los latinoamericanos en general sentimos este premio como nuestro. Especialmente aquellos que por alguna razón hemos estado en el Perú y tenemos amigos allá.
No solo los peruanos se alegraron de este premio. los latinoamericanos en general también compartimos esa alegría que puso atención del mundo en nuestra literatura.
Gracias por tu comentario. Me recuerda lo que decía Bolaño, que nunca se sintió extranjero donde se hablara español. Un abrazo.
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