La escenografía recrea este ambiente caótico y delirante en el que los personajes se mueven. A través de estructuras de madera que permiten varios planos, un inteligente juego de luces y una banda sonora adecuada, introducen al espectador en este relato en que los niveles de realidad se vuelven borrosos. El que la obra empiece desde que se hace fila para entrar a la sala es un acierto.
El argumento recuerda, en su juego entre la locura y la realidad junto a la reflexión sobre el uso de las pastillas, a La mujer sin memoria del mismo autor, César de María, aunque con una más inspirada dramaturgia.
Los diálogos tienen cierto vuelo entre poético e irónico como la frase que titula esta columna. Como complemento, las coreografías entre los protagonistas, en especial en las escenas no habladas, sacan provecho de su despliegue físico. También hay que mencionar las referencias o citas a la cultura Pop como los cómic, al teatro clásico de Romeo y Julieta o al teatro latinoamericano reciente como La noche de los asesinos de José Triana.
Es una ingeniosa puesta en escena de una buena obra. Sólo una observación. En una escena el personaje del Doctor explica lo que, con un poco de atención, se podía sospechar sobre la identidad de uno de los protagonistas. Tal vez esas líneas explicativas sean una forma de hacer más fácil la apreciación de la obra por todo el público, aunque reduzcan la ambigüedad inicial. Más allá de eso, una buena opción de la cartelera muy recomendable.
Ficha técnica
Superpopper
Escrita por César de María
Dirigida por Guadalupe Vivanco
Actúan Luccia Méndez, Herberth Hurtado, André Silva, Smith Sarmiento, Max Yovera, Rodrigo Díaz, Eddy Martinez, Melina Bonifacio y Adriana Polack.
En el Cafae-SE José María Arguedas (avenida Arequipa 2985, San Isidro).
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