sábado, diciembre 31, 2011

Navidad, Año Nuevo, Nueva York, y otros desvaríos de película

Por azares del destino, ayer, 30 de diciembre, vi El apartamento de Billy Wilder. Esta comedia sobre un ingenuo oficinista C.C. Baxter (Jack Lemmon) intentando conquistar a la que es amante de su jefe, Fran Kubelik (Shirley MacLaine) tiene sus momentos más importantes en la semana que va de navidad a año nuevo. En ella vemos un Nueva York de fiesta. A pesar de ser filmada a finales de los 50, no es la ciudad filmada una Gran Manzana que derroche glamour. Todos los personajes – incluido los dos protagonistas – viven mostrando sus pequeñas miserias y mediocridades. Empezando por la pandilla de ejecutivos sacavuelteros, abusivos con los subalternos, que pueblan la empresa, sin obviar al protagonista, al que sus superiores llaman “viejo amigo”, quien a pesar de su andar medio bobalicón convierte el alcahuetear una forma de ascenso profesional (1).

No quiero ahondar en la crítica social que tiene la cinta. Más bien, quiero hacer notar cómo la última semana del año es usada por el cine como motor para que personajes de diversa índole reflexionen sobre lo que les sucede y tomen un camino nuevo. En esta película de Wilder sirve de excusa para que el galán y su amada se despabilen.

Al pensar en fiestas de año nuevo en pantalla grande, difícil no recordar esa noche vieja en La Habana de la segunda parte de El Padrino. Curiosamente, es el mismo año que se festeja en El Apartamento, 1959. Son otros neoyorquinos, estos de visita en Cuba, los que marcan la pauta. Inolvidable Michael Corelone (Al Pacino) dándole un beso a su hermano Fredo (John Cazale).  Le dice, si mi memoria no me falla, algo de “Lo sé todo, Fredo. Me rompiste el corazón”. Lo que en buen cristiano significaba “ahorita te doy vuelta”.


Pero si he de ser sincero, estas fechas la película que más tengo presente es Kramer vs Kramer de Robert Benton. El motivo es personal. La primera vez que la vi fue con mi abuela, que se llama igual que mi hija mayor, en el primer betamax de la casa allá por los primeros años de la década del 80. Yo era un niño y la película me impactó tanto que, años después, siendo adulto, la primera vez que la volví a ver recordaba en gran medida el argumento.
Refrescando la memoria para quienes ya la vieron, y dándoles un avance para quién aún no ha tenido esa suerte, resumiré que trata sobre un ejecutivo workaholic (adicto al trabajo) llamado Ted Kramer (el papel que más me ha gustado de Dustin Hoffman) que pospone su vida familiar en pos de avanzar laboralmente. Pero su esposa lo deja de improviso y se tiene que hacer cargo de su pequeño hijo. Con las complicaciones de ser padre soltero experimenta varios problemas, perder su amado empleo entre ellos.

Ya en un momento avanzado de la historia, cuando se establece un lazo especial entre padre e hijo, él se ve obligado a conseguir empleo para tener a su pequeño al lado. Es la semana que va de navidad a año nuevo. No voy a describir lo que hace para obtener su objetivo. Solo dos cosas. La primera, que Kramer no se amilana ante la idea de que en Navidad no se consigue empleo. La segunda, la bella escena del protagonista mostrando a su hijo la vista de su nueva oficia sobre la ciudad de… Nueva York.

No estoy en Nueva York, tampoco en La Habana, y nadie está filmando mi vida. Pero igual, pareciera que es tiempo para reflexionar sobre el rumba que está tomando nuestras vidas. Sin embargo, la verdad, a mí más me provoca desearles un feliz año. Un abrazo.

(1)    El título de la película El apartamento se refiere al inmueble que el protagonista cede por horas a sus jefes para que lleven a sus amantes.
(2)    Bueno, también ha servido este periodo del año para ambientar filmes como Mi pobre angelito. De eso aún no me provoca hablar. 

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