No quiero ahondar en la crítica social que tiene la cinta.
Más bien, quiero hacer notar cómo la última semana del año es usada por el cine
como motor para que personajes de diversa índole reflexionen sobre lo que les sucede
y tomen un camino nuevo. En esta película de Wilder sirve de excusa para que el
galán y su amada se despabilen.
Al pensar en fiestas de año nuevo en pantalla grande,
difícil no recordar esa noche vieja en La Habana de la segunda parte de El
Padrino. Curiosamente, es el mismo año que se festeja en El Apartamento, 1959.
Son otros neoyorquinos, estos de visita en Cuba, los que marcan la pauta.
Inolvidable Michael Corelone (Al Pacino) dándole un beso a su hermano Fredo
(John Cazale). Le dice, si mi memoria no
me falla, algo de “Lo sé todo, Fredo. Me rompiste el corazón”.
Lo que en buen cristiano significaba “ahorita te doy vuelta”.
Pero si he de ser sincero, estas fechas la película que más tengo presente es Kramer vs Kramer de Robert Benton. El motivo es personal. La primera vez que la vi fue con mi abuela, que se llama igual que mi hija mayor, en el primer betamax de la casa allá por los primeros años de la década del 80. Yo era un niño y la película me impactó tanto que, años después, siendo adulto, la primera vez que la volví a ver recordaba en gran medida el argumento.
Refrescando la memoria para quienes ya la vieron, y dándoles
un avance para quién aún no ha tenido esa suerte, resumiré que trata sobre un ejecutivo
workaholic (adicto al trabajo) llamado Ted Kramer (el papel que más me ha
gustado de Dustin Hoffman) que pospone su vida familiar en pos de avanzar
laboralmente. Pero su esposa lo deja de improviso y se tiene que hacer cargo de
su pequeño hijo. Con las complicaciones de ser padre soltero experimenta varios
problemas, perder su amado empleo entre ellos.
Ya en un momento
avanzado de la historia, cuando se establece un lazo especial entre padre e
hijo, él se ve obligado a conseguir empleo para tener a su pequeño al lado. Es
la semana que va de navidad a año nuevo. No voy a describir lo que hace para obtener
su objetivo. Solo dos cosas. La primera, que Kramer no se amilana ante la idea
de que en Navidad no se consigue empleo. La segunda, la bella escena del
protagonista mostrando a su hijo la vista de su nueva oficia sobre la ciudad de…
Nueva York.
No estoy en Nueva York, tampoco en La Habana, y nadie está filmando mi vida. Pero igual, pareciera que es tiempo para reflexionar sobre el rumba que está tomando nuestras vidas. Sin embargo, la verdad, a mí más me provoca desearles un feliz año. Un abrazo.
(1)
El título de la película El apartamento se
refiere al inmueble que el protagonista cede por horas a sus jefes para que
lleven a sus amantes.
(2)
Bueno, también ha servido este periodo del año para
ambientar filmes como Mi pobre angelito. De eso aún no me provoca hablar.
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