Una de las mejores muestras que se han presentado en Lima
últimamente ha sido la retrospectiva dedicada al peruano Fernando Bryce, la cual
está en sus últimos días. El artista, radicado hace bastante tiempo en Europa,
exponía en el país luego de varios años. Su estilo se caracteriza por reproducir
a través de dibujo documentos históricos como diarios, folletos y demás.
Conversamos con él aprovechando que ayer se presentaba un libro sobre su
obra.
¿Cómo llegó a esta propuesta?
- Fue un proceso de búsqueda. En los ochenta, estando en
Berlín, pintaba pero estaba descontento con lo que hacía. Faltaba contenido al
trabajo. Empecé a dibujar. En mis libretas de apuntes había ideas que tenían más
que ver con aquello que yo me imaginaba que podía ser lo mío. Cosas relacionadas
a temas que no estaban en la pintura. El dibujo me ha acercado a los temas que
siempre me interesaron. Historia, política, etc. Luego ha sido un proceso de
sistematización.
¿Luego de haber llegado a este método, no extraña un
trazo más libre?
- En realidad no lo extraño. Antes tenía un trazo más
libre, aunque en esa época no tenía clara mi idea. Cuando tenía clara la idea,
se volvió más sistemático, manierista incluso. Lo que sí me gustaría es explorar
otras vetas del dibujo. Pero no necesariamente hacer algo libre que sea
abstracto, desligado de algún tipo de contenido, no me interesa
tanto.
Por lo que cuenta que busca explorar otras vetas del
dibujo, asumo que es para no repetir una propuesta exitosa y
estancarse.
- En parte sí. Pero en parte también pienso como
principio que el medio debe adecuarse a una idea, adecuarse al fin. Este tipo de
dibujo tiene sentido con el trabajo que estoy haciendo. Hubiera sido absurdo
hacer todo esto en pintura. La pintura tiene sus especificidades. Una
construcción de la imagen distinta que la efectividad que me da el dibujo. Este
dibujo también tiene una parte pictórica, al trabajar con claroscuros. La
relación con las imágenes originales es un uno a uno algo extraño, no son las
mismas. Para lo que estoy haciendo, está muy bien. Pero se me plantea otro tipo
de ideas, siempre bajo la lógica de trabajar con el archivo y la historia. Allí
pienso que puedo explorar otras variantes del dibujo, no tanto sólo por cambiar.
Los medios están sujetos a la dirección por la que uno va.
En una columna de hace unas semanas Vargas Llosa mencionaba que ahora la teoría ha pasado de explicar a reemplazar a las obras de arte. ¿Qué opina?
- En parte tiene razón, aunque es muy esquemático. El
arte contemporáneo es muy variado. Sí, ciertamente cuando hay que conocer una
teoría para apreciar una obra de arte, es un poco tonto. Pero también la
extensión del concepto arte tiene cosas interesantes. En mi caso hay una
paradoja en tanto trabajo con un medio tan tradicional como el dibujo. Pero la
práctica artística no es tradicional, porque utilizo métodos de investigación
que puede ser de historiador o de periodista. Pensar en los géneros clásicos
canónicos sería un poco limitado hoy en día. Hay que meterse en el mundo del
arte contemporáneo para tener un criterio más ajustado a lo que realmente
es.
- Claro. Ahora se usa mucho el video. Y cómo no, es un
medio de nuestro tiempo. Eso no invalida los géneros más antiguos. Ahora hay un
renacimiento del dibujo, por ejemplo. Siempre habrá quién se queje que ya no hay
un Leonardo Da Vinci. Ese es un cliché de una crítica conservadora al arte
contemporáneo. Puedes encontrar excelentes artistas que aplican el dibujo como
William Kentridge.
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