
A estas tres historias – fuertes por si solas – se le añade el juego con referentes de Alicia en el país de las maravillas. La escritora, por ejemplo, está haciendo una adaptación de esta historia, combinando en ocasiones lo que ella reescribe con lo que los demás personajes dicen.
La escenografía – una habitación de hotel con cierto aire fantástico – sirve de locación para las tres historias. Ayuda a dar esa sensación medio de sueño o pesadilla que los personajes coincidan en el mismo espacio aunque siguiendo relatos distintos.
Se trata de una obra irregular que no logra mantener el mismo nivel en todo momento. Una línea narrativa – la de la madre e hija – es la más lograda y a la que se deben los mejores momentos. Las dificultades de una escritora para criar sola a una chica son mejor presentadas que la histeria de la cuarentona apurada por su reloj biológico o la sorpresa de la dama engañada. A eso se suma que la joven Patricia Barreto, en su papel de la rebelde Paz, sabe dar buena réplica a Sofía Rocha, una de nuestras actrices más talentosas.
Por otra parte, hay que anotar que aunque al inicio las citas a Alicia en el país de las maravillas funcionen para introducirnos en las diferentes historias, pronto las angustias de estas mujeres en problemas se desbordarán, dejando a las referencias librescas como mero adorno. Las intervenciones del conejo, por ejemplo, son irrelevantes y distraen de la trama.
Ficha técnica
Entonces Alicia cayó
Escrita y dirigida por Mariana de Althaus. Con Vanessa Saba, Paul Martin, Ana Cecilia Natteri, Carlos Mesta, Sofía Rocha y Patricia Barreto.
En el teatro Británico de jueves a lunes a las 20.00. Entrada general a 50 nuevos soles.
Entrevista con la directora
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