Pero la ciudad que ve el artista no sólo se expresa a través de estos singulares planos. También se puede ver esta inquietud en esas esculturas de grandes dimensiones, casi su sello de fábrica, que han sido expuestas en varias muestras fuera de nuestras fronteras.
“Yo me inspiro cuando recolecto objetos de desechos en algunas zonas de Cárcamo o El Agustino”, confiesa.
En estas piezas de más de dos metros de alto recicla chatarras de metales diversos, dándole un significado nuevo. Por ejemplo, una escultura ha sido bautizada como Transformer. Con este nombre se hace un obvio homenaje a una película de la cual el hijo del artista es fan. Pero también se alude a la manera en que los resortes y demás objetos utilizados en la escultura adquieren una nueva función a través de la intermediación de Velit.
El escultor comenta que quiere imprimir movimiento en sus piezas, por eso evita que se vean rectas. Juega con las posibilidades que le da el material a su disposición. Para que se entienda su forma de trabajo, ha considerado pertinente incluir en la muestra un video en el que se le filma desde el momento en que escoge los lienzos que pintará y las piezas que luego darán vida a una escultura. Va hasta el 27 de octubre.
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