lunes, mayo 14, 2012

El arte en la calle


El sábado a las siete de la noche empezó una edición más de la "Noche en Blanco", la segunda que acoge el distrito de Miraflores desde que en 2008, en el marco de las cumbres ALC-UE y Apec estrenara este concepto en el Perú. Durante las siguientes diez horas las principales calles del distrito fueron tomadas por miles de personas ávidas de disfrutar las variadas instalaciones, recitales y demás manifestaciones artísticas programadas.

Barrio tomado 

Según cálculos del alcalde Jorge Muñoz, cerca de medio millón se acercaron a su distrito por este evento. "La Noche en Blanco es una propuesta estética, de luz y sonido que busca capturar importantes espacios urbanos para la población como un
medio de masificar la cultura", describió la velada el burgomaestre.

En esta ocasión se apreció a un público diverso que iba desde familias con
niños y adultos mayores hasta grupo de jóvenes. Las propuestas que mayor atención concitaron fue el kilómetro de pintura nacional exhibida en la avenida Larco y la instalación Andamio-Horizonte Temporal colocado sobre el parque Kennedy.


Esta última - ideada por Ricardo Huanqui, Rodolfo Bocanegra y Karen Takano - consistía en un puente que cruzaba todo este emblemático lugar dando una perspectiva distinta de la zona y de las numerosas actividades que se realizaban cerca. La fila para acceder a este recorrido llegó a ser de cuatro cuadras.
Por otra parte, en los llamados "mil metros de pintura peruana" sirvió para tener un panorama de lo que actualmente se hace en las artes plásticas del país y no solamente en Lima. Desde apuestas que iban de lo abstracto hasta la estética chicha, pasando por reformulaciones del indigenismo y del arte amazónico. Se escuchaba al público reconocer a los personajes de Angry Birds en el cuadro de Elio Martuccelli, como conmoverse ante el lienzo Caminando por Kepashiato y Kiteni de Rudolph Castro.

Video y música
Otras atracciones fueron las dos muestras del videoarte de Diego Lama - el único peruano que está participando en la Bienal de La Habana - proyectadas en la fachada de edificios miraflorinos, así como varias otras propuestas en las que la tecnología y la creatividad se daban la mano. Allí estaba "Rastro" de Juan Carlos Salazar - imágenes de transeúntes ralentizadas sobre una pared - o el Ojo de Eduardo Tokeshi - una farola en forma de globo ocular que "observaba" Larco.
Pero no se descuidó la parte musical, desde coros de niños hasta la electrónica europea del polaco Vanderson, incluyendo  un recital con un instrumento inventado a cargo del italiano Michelangelo Lupone  y la propuesta audiovisual de Pauchi Sasaki. Otro atractivo fue la gran estatua de Santa Rosa hecha de carrizo y papel de lustre colocada en el óvalo de Miraflores e ideada por Cristina Planas.
Pero más allá de la acogida que tuvieron las actividades, un reclamo que se escuchó repetidamente fue la poca información que había alrededor de cada obra exhibida. Una curiosidad es que no sólo las obras exhibidas en la vía pública y las galerías abiertas para la ocasión fueron un éxito de público, sino también los negocios cercanos - en especial los de comida rápida - e incluso los artistas "permanentes" del parque Kennedy.

Algunos cuadros que me llamaron la atención*:

De Elio Martuccelli


De Lu.Cu.Ma.


De Rudolph Castro




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