El sábado a las siete de la noche empezó una edición más de la
"Noche en Blanco", la segunda que acoge el distrito de Miraflores desde que en
2008, en el marco de las cumbres ALC-UE y Apec estrenara este concepto en el
Perú. Durante las siguientes diez horas las principales calles del distrito
fueron tomadas por miles de personas ávidas de disfrutar las variadas
instalaciones, recitales y demás manifestaciones artísticas programadas.
Barrio tomado
Según cálculos del alcalde Jorge Muñoz, cerca de medio millón se acercaron a su distrito por este evento. "La Noche en Blanco es una propuesta estética, de luz y sonido que busca capturar importantes espacios urbanos para la población como un
medio de masificar la cultura", describió la
velada el burgomaestre.
En esta ocasión se apreció a un público diverso que iba
desde familias con
niños y adultos mayores hasta grupo de jóvenes. Las
propuestas que mayor atención concitaron fue el kilómetro de pintura nacional
exhibida en la avenida Larco y la instalación Andamio-Horizonte Temporal
colocado sobre el parque Kennedy.
Esta última - ideada por Ricardo Huanqui, Rodolfo
Bocanegra y Karen Takano - consistía en un puente que cruzaba todo este
emblemático lugar dando una perspectiva distinta de la zona y de las numerosas
actividades que se realizaban cerca. La fila para acceder a este recorrido llegó
a ser de cuatro cuadras.
Por otra parte, en los llamados "mil metros de pintura
peruana" sirvió para tener un panorama de lo que actualmente se hace en las
artes plásticas del país y no solamente en Lima. Desde apuestas que iban de lo
abstracto hasta la estética chicha, pasando por reformulaciones del indigenismo
y del arte amazónico. Se escuchaba al público reconocer a los personajes de
Angry Birds en el cuadro de Elio Martuccelli, como conmoverse ante el lienzo
Caminando por Kepashiato y Kiteni de Rudolph Castro.
Video y música
Otras atracciones fueron las dos muestras del videoarte
de Diego Lama - el único peruano que está participando en la Bienal de La Habana
- proyectadas en la fachada de edificios miraflorinos, así como varias otras
propuestas en las que la tecnología y la creatividad se daban la mano. Allí
estaba "Rastro" de Juan Carlos Salazar - imágenes de transeúntes ralentizadas
sobre una pared - o el Ojo de Eduardo Tokeshi - una farola en forma de globo
ocular que "observaba" Larco.
Pero no se descuidó la parte musical, desde coros de
niños hasta la electrónica europea del polaco Vanderson, incluyendo un recital con un instrumento inventado a
cargo del italiano Michelangelo Lupone y
la propuesta audiovisual de Pauchi Sasaki. Otro atractivo fue la gran estatua de
Santa Rosa hecha de carrizo y papel de lustre colocada en el óvalo de Miraflores
e ideada por Cristina Planas.
Pero más allá de la acogida que tuvieron las actividades,
un reclamo que se escuchó repetidamente fue la poca información que había
alrededor de cada obra exhibida. Una curiosidad es que no sólo las obras
exhibidas en la vía pública y las galerías abiertas para la ocasión fueron un
éxito de público, sino también los negocios cercanos - en especial los de comida
rápida - e incluso los artistas "permanentes" del parque Kennedy.
Algunos cuadros que me llamaron la atención*:
De Lu.Cu.Ma.
De Rudolph Castro
*Imágenes tomadas de http://nocheenblanco.artemanifiesto.com/
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