viernes, octubre 08, 2021

Terrorismo y memoria: el juego de las narrativas


 Hace unos días se realizó un conversatorio sobre memorias entre Rocío Silva Santisteban, Eduardo González Cueva y Eduardo Cáceres auspiciado por un membrete de izquierda.

Los tres coincidían en mayor o menor medida que la época del terrorismo - que ellos califican de 'conflicto armado interno' - es el centro de una pelea por la hegemonía de quién impone su versión de los hechos.

Cáceres, tal vez el más alturado del trío, dice que habría que buscar que estos relatos dialoguen y se resistía a llamarlos memoria.

Puedo darles la razón en parte en estos postulados. Lo que creo que se equivocan es cuando aseguran que toda memoria, relato o como quieran llamarlo, no es el que ellos tienen es de derecha, y además es hegemónico.

González Cueva llega a caricaturizar las posiciones contrarias a la suya como de hispanistas que añoran la Colonia.

Silva Santisteban pone en el mismo saco los penosos casos de las esterilizaciones forzadas y la reforma agraria del tirano Juan Velasco Alvarado con la época en que la sociedad peruana fue atacada por los cobardes asesinos de Sendero Luminoso y MRTA.

Opino que están errando en sus apreciaciones. Están invisibilizando a una parte importante de la izquierda que sufrió los embates de Sendero Luminoso y MRTA: el Partido Aprista Peruano.

Y no solo al PAP, sino a los demás agrupaciones políticas.

Muertes invisibles

Me llamó la atención, por ejemplo, que la ex congresista Silva Santisteban resalta que deudos de las víctimas de la violencia como Indira Huillca o de Vladimir Cerrón, que son, de acuerdo a la poeta, insultados por sus tragedias familiares. 

Sin embargo, pasa por algo las críticas, muchas veces malintencionadas, que le hacen a la congresista fujimorista Martha Moyano, para dar un caso que no tiene relación con el Apra.

Otro caso, este sí del PAP, es el de Andrés Capelletti, quien quedó huérfano de su padre Marcial Capelletti, dirigente aprista de Ayacucho. 

Él está realizando una fuerte actividad política en los últimos meses. Consecuencia de ello, ha sido amenazado de muerte. 

Rocío Silva Santisteban subraya que ella opina desde su propia experiencia, que ha sido terruqueada e insultada.

Le respondo desde mi experiencia también. Yo he sido insultado, he perdido amigos, acosado en redes, sido censurado, solo por rescatar la memoria aprista en el documental 1214 No tememos a los cobardes, película que dirigí con Hernán Hurtado y produjo Hernán Garrido Lecca.

Ella se queja de la muestra de Karen Bernedo, que se presentaba en el Lugar de la Memoria, la Tolerancia e Inclusión Social (LUM).

Esta exposición, sobre la que escribí un artículo, fue censurada por el entonces ministro de Cultura Salvador del Solar y provocó la salida de Guillermo Nugent de este museo. 

Mi opinión es que del Solar mostró su entraña autoritaria en este caso, la cual se evidenció más en su apoyo al cierre del Congreso del 30 de abril de 2019. 

Pero Silva Santisteban no dedica ni una palabra al impasse que tuvo el documental sobre víctimas apristas en el mismo Lugar de la Memoria. Eso sucedió hace poco, el 8 de julio de este año.

Es cierto que luego de frustrado el estreno a través de esta institución llamada a recordar a las víctimas, recibimos disculpas de los funcionarios y se reprogramó un par de meses después. 

Pero ese caso para ella no existió. No hubo solidaridad ni de Eduardo González Cueva ni de ella. No sé sobre Eduardo Cáceres, a quién no sigo en redes. 

Silva Santisteban indica que que sobre los "asesinos" (término usado por ella para los terroristas y con el que estoy de acuerdo) falta que se incluya su versión en el LUM. 

De acuerdo a ella, es un pendiente para que la gente no olvide lo que sucedió y sepa quién es Abimael Guzmán. No estoy seguro que sea el lugar ideal para ello. 

No recuerdo que en el Museo de la Memoria y Derechos Humanos de Santiago de Chile recojan la versión de los pinochetistas.

Lo que sí es claro que para ella la versión que puedan tener los apristas no merece estar en el LUM (curiosamente hecho durante el exitoso segundo gobierno de Alan García e inaugurado en los primeros meses del gobierno de Ollanta Humala).

Los vencedores fueron los vencidos

 Un dato que no quiero dejar pasar es la explicación que da Eduardo González Cueva sobre el motivo de la Comisión de la Verdad y Reconciliación.

Según su versión, se trataba de desmontar la versión de que el terrorismo había sido derrotado por las Fuerzas Armadas, que esa "narrativa" era la impuesta por el fujimorismo por justificar el autogolpe del 5 de abril.

No voy a justificar al régimen de Fujimori, el cual persiguió al Apra y a Alan García, pero no puedo dejar de reconocer el logro de la Policía y las Fuerzas Armadas por reducir a una mínima expresión al terrorismo del MRTA y Sendero Luminoso.

Eduardo Cáceres dice en su participación que los hechos están allí, que no se pueden obviar. 

El MRTA, hasta la toma de la embajada en 1996 y algo después estuvo militarmente activo. 

Una facción de Sendero Luminoso leal a Abimael Guzmán también estaba alzada en armas en el Huallaga hasta la caída de Artemio en 2012 en el gobierno de Ollanta Humala, pero ya languidecía desde fines de los años 90.

Lo que existe en el Vraem ya no guarda lealtad con lo que fue Sendero Luminoso y tiene incluso otro nombre, Militarizado Partido Comunista del Perú. 

Aún hubo un cochebomba en junio del 2002, en El Polo, en el gobierno de Alejandro Toledo, donde falleciera el padre de una amiga mía. 

Se pueden precisar algunas cosas, pero lo cierto es que el esfuerzo de Policía, Fuerzas Armadas y los comités de autodefensas lograron que la violencia que sufrió la sociedad peruana por parte de Sendero Luminoso y el MRTA entre 1980 e inicios de la década de 1990 se redujera a su mínima expresión.

Parafraseando a Cáceres, los hechos están allí. El Apra fue el partido con más mártires entregados a la democracia. Pero los demás partidos democráticos también los tuvieron.

Rescatemos esa historia que nos une. No distorsionemos lo sucedido. Y como escribiera en una pizarra María Elías de Huapaya, una vez que atentaran contra su casa: "NO TEMEMOS A LOS COBARDES".

¿Quieren hechos? Dentro de dos días se cumple un aniversario más en que cobardes terroristas de Sendero Luminoso la asesinaran delante de su esposo. 




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